Nacional - 16/6/16 - 07:45 PM

La historia detrás de El Caño

La antropóloga panameña Julia Mayo, es la responsable de dirigir, junto a otros investigadores, las excavaciones que se vienen realizando en El Caño

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El Caño, ubicado en Natá, provincia de Coclé, fue testigo hace más de mil años de los rituales ceremoniales funerarios de los jefes de la antigua sociedad de los coclé. Estos importantes señores, ataviados con ricos ajuares, eran enterrados con numerosas personas destinadas a morir para servirles de acompañamiento. 

La antropóloga panameña Julia Mayo, es la responsable de dirigir, junto a otros investigadores, las excavaciones que se vienen realizando en El Caño desde el año 2008.

National Geographic, programa para finales de 2016, llevar a la pantalla el documental “El Dorado de Panamá, los guerreros de oro”, que muestra los descubrimientos más importantes de las excavaciones en El Caño.

El documental es un trabajo conjunto de la productora panameña Jaguar Films, la española Wanda Films  y la Fundación El Caño y  es patrocinado por la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP). El mismo podrá ser visto por cerca de 200 millones de personas tras haber sido doblado a varios idiomas.

Durante la remoción de los depósitos que sepultaron a las tumbas, fueron encontrados, además de los restos óseos, miles de artefactos de oro, cerámica, piedra, hueso  y  resina con que fueron ataviados o fueron ofrecidos de ofrenda, lo que demuestra que los antiguos coclé era una sociedad jerarquizada con poderosos líderes guerreros y artesanos que poseían unas impresionantes habilidades artísticas.

El precedente de los trabajos en El Caño fue un reconocimiento arqueológico de los valles de Río Grande y Coclé, financiado por el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) y la Secretaria Nacional de Ciencia y Tecnología e Innovación (SENACYT), que sirvió para catalogar  sitios arqueológicos coetáneos a El Caño que existen en estos valles, detalló la Dra. Mayo. 

Las excavaciones pusieron en evidencia que El Caño y Sitio Conte eran dos cementerios de grupos coclé diferentes adscritos a una misma unidad política y que cada uno de estos cementerios tenía su propia área ceremonial con monolitos. 

A juicio de la Antropóloga, el primer aporte importante de la investigación ha sido  descubrir que El Caño no era un centro ceremonial  sino un cementerio. ¿Por qué existían dos cementerios en la misma época?—“probablemente porque eran dos comunidades, quizás dos jefaturas diferentes pero dentro de una misma unidad política integradora”, aseguró.

Rituales funerario

A través de los rituales funerarios se honra a la persona fallecida, se ayuda a su alma a trascender e incorporarse a una nueva realidad en la otra vida, explica la Dra Mayo.

Los ajuares

Detalló que existen categorías de ajuares que son identitarios de los roles de guerreros como las armas y los trofeos de guerra, otros que son característicos de los artesanos como lo son las herramientas; existen otros grupos de artefactos que solamente usaban las mujeres como los son las “narigueras” y artefactos que solamente eran usados por individuos de alto estatus,  fueran quienes fuesen, como los son los brazaletes y los pectorales.

Pérdida del poder

Un descubrimiento importante con respecto a la manera en que se estructura esta sociedad es que a partir el año 900 d.C. los estatus sociales eran hereditarios y que el abandono de los cementerios de El Caño y Sitio Conte indica que a partir del año 1000 d.C. los jefes coclé pierden su poder y se producen cambios importantes en la forma en que el grupo empezó a organizarse y subsistir. 

 


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