Para cuando 'estás lejos de la paila'

Detrás de la abstinencia sexual, se esconden ciertas conductas de hombres y mujeres: tendencia a despreciarse, deprimirse, aislarse.

Por: Redacción/Crítica -

La abstinencia sexual prolongada puede evidenciar “debilidades” ya presentes en la personalidad de cada persona. Por ejemplo, si tiende a despreciarse, deprimirse, emocionarse negativamente o asilarse de sí mismo, la abstinencia podría amplificar estos riesgos. Algunos hombres presentan miedos de tener erecciones insuficientes y se vuelven evitativos. Las mujeres, por su parte, tienden a sentir miedo de no saber cómo tener sexo, convencidas de que sus talentos eróticos se pierden para siempre por la falta de práctica. “Una cosa es cierta: nos olvidamos de la creencia de que las personas en abstinencia durante mucho tiempo pueden desarrollar parafilias -placer que no se encuentra en el sexo sino que en otra actividad- o comportamientos anómalos”, explica el médico del Instituto de Urología, Sexología y ETS Mauricio Salas. Lo recomendable, va a depender del periodo y estilo de vida de cada persona. Si se está estudiando, trabajando intensamente o preparando una maratón, lo ideal es no abstenerse por más de un mes. “Aquellos que declaran que no podrían estar un mes sin sexo, no son conscientes de que las penetraciones u orgasmos van más allá. Lo más difícil de la abstinencia es perder la cercanía física y la intimidad con la pareja, además, siempre es posible para quien no le fue medicada la abstinencia la gratificación personal con la masturbación”, aclara la sexóloga Constanza del Rosario. Lo que la especialista recomienda es practicar actividades físicas que aportan similares beneficios que el sexo como el baile, yoga o actividades sensoriales que generen placer como ir a un concierto, realizar un viaje a un nuevo o atractivo lugar, reunirse con gente positiva.

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