174 casos de linfoma se diagnostican anualmente en Panamá
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Los linfomas son tumores de la sangre, que se originan en las células del sistema inmunológico del organismo llamadas linfocitos o glóbulos blancos. Existen dos tipos principales: el linfoma o enfermedad de Hodgkin y el linfoma no Hodgkin (LNH); este último es más frecuente en adultos y se ubica entre los 10 cánceres de mayor incidencia en el mundo.
Según
cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), globalmente se
diagnostican alrededor de 356.431 nuevos casos de linfoma no Hodgkin
por año, de los cuales 174 son panameños.
“El
linfoma no Hodgkin y la enfermedad de Hodgkin comienzan cuando un
linfocito se vuelve anormal y se reproduce en más células
anormales. Los linfocitos combaten infecciones u otras enfermedades
del organismo y se ubican en el tejido linfático, que comprende los
ganglios linfáticos y otros órganos del sistema inmunológico y del
sistema productor de sangre del cuerpo”, detalló el Doctor Ricardo
Montenegro, Director Médico de Roche.
“Aunque surgen de forma
similar, ambos tipos de linfoma se comportan, propagan y responden de
manera diversa a los tratamientos; su diferencia está en las
características de las células cancerosas”, sostuvo el especialista.
Existen
diversos linfomas no Hodgkin, tanto en niños como en adultos, los
cuales se pueden clasificar dependiendo del tipo de célula y si son
de crecimiento rápido o lento. Se destacan: el linfoma folicular, el
de Burkitt, el de las células del manto, el linfoma difuso de
células B grandes, el linfoma periférico de células T, entre
otros.
“Aunque algunos tipos de linfoma no Hodgkin se encuentran entre los tumores infantiles más habituales, como el linfoma de Burkitt y el de células grandes, más del 95% de los casos suelen suceder en adultos”, precisó el Dr. Montenegro. (Ver recuadro: “Detección temprana de un linfoma no Hodgkin”).
Factores de riesgo y prevención
El
tejido linfático se puede encontrar en diversas partes del cuerpo;
por lo cual, el linfoma no Hodgkin puede originarse en cualquiera de
dichas partes como: el estómago y los intestinos, los ganglios
linfáticos, la médula ósea, las adenoides y amígdalas, el bazo,
entre otros.
“Este
tipo de tumor suele presentarse más frecuentemente entre los 60 y 69
años o edades superiores; sin embargo, algunos adultos jóvenes y
niños menores de 14 años también pueden sufrirlo, sólo que en una
probabilidad más pequeña”, indicó el Dr. Montenegro.
Factores
adicionales como ser hombre, haber estado expuesto a sustancias
químicas (insecticidas y herbicidas) o a radiación, haber recibido
quimioterapia y radioterapia juntas, y sufrir de deficiencias en el
sistema inmunológico (personas que usan fármacos por haber recibido
trasplantes, con síndromes genéticos o infectadas con el virus VIH)
pueden incrementar el riesgo de padecer este tipo de cáncer. Otros
aspectos que influyen son: las enfermedades autoinmunes (lupus y
artritis reumatoide), padecer infecciones crónicas e incluso, el
sobrepeso y la obesidad.
La mejor manera de disminuir la probabilidad de padecer un linfoma no Hodgkin es reducir los factores de riesgo controlables y tomar acciones preventivas.
Los primeros se refieren a evitar la
transmisión del virus del VIH mediante relaciones sexuales con
protección o no compartir agujas contaminadas, y tratar las
infecciones con antibióticos recetados por el médico.
En el caso de la prevención, se debe mantener un peso adecuado y alimentarse sanamente.
De acuerdo con la OMS, en el mundo fallecen alrededor de 191.599 personas anualmente debido a un linfoma no Hodgkin. En Panamá, las muertes por este tipo de tumor se estiman en 103 por año.