Largacha, una esperanza del boxeo
Los fanáticos del boxeo le están dando seguimiento a la revelación y nueva generación de este deporte en Panamá, Manuel “El Torbellino” Largacha. El mismo
Los fanáticos del boxeo le están dando seguimiento a la revelación y nueva generación de este deporte en Panamá, Manuel “El Torbellino” Largacha.
El mismo es un humilde joven que cuando tenía un año y tras la muerte de su padre, sus abuelos paternos se lo llevaron para Colombia.
A los 17 años regresa a suelo patrio y se encuentra con un Curundú cambiado; él sigue manteniendo la inocencia del niño, pero el sueño de un hombre.
No pudo avanzar en sus estudios. Su madre lo recibe con sus tres hermanas y su pasión, el boxeo, quizá por el cruce de dos razas, ya que Manuel es hijo de colombiano y panameña.
El primer día de estar en Panamá, Manuel fue directamente al gimnasio Pedro “El Rockero” Alcázar de Curundú, porque quería ser boxeador, y se llevó la sorpresa de que fue rechazado por un entrenador que le dijo: Dame la soga y vete, que tú no sirves para esto, porque no sabía saltar soga. Quizá no entendía las indicaciones. Después de varios días de ir al gimnasio y de que nadie le hiciera caso, el entrenador José Murillo, junto a José González “Jako”, lo invita a practicar con él.
Luego de dos semanas, aprendió a saltar la soga e inició sus peleas “amateur”. Teniendo seis peleas lo enfrentaron al colonense Omir Rodríguez, quien llevaba 68 peleas “amateur”. Largacha supera este obstáculo y obtiene el subcampeonato Guantes de Oro.
En su octava pelea lo enfrentaron a un boxeador puertorriqueño que tenía un total de 165 peleas.
Manuel es derrotado por puntos por el puertorriqueño, quien por su experiencia contaba con una mejor técnica.
Este boxeador caribeño se llama Félix “Diamante” Verdejo (8-0, 6 KO), quien fue firmado por Top Rank por la suma de 600 mil dólares y que en los pasados Juegos Olímpicos de Londres derrotó al panameño Juan Huertas.
Una vez terminó el combate, Verdejo le confesó a José Murillo que tuvo que boxearle a Manuel, aplicarle la técnica y caminarle el “ring”, porque ese muchacho pegaba muy fuerte.
“El Torbellino” Largacha subió al profesionalismo con solo 18 peleas “amateur”. Sus dos primeras peleas las hizo después de que salía de trabajar en la construcción, pero pese a este inconveniente triunfó.
Actualmente su nuevo apoderado es el abogado Benito Mojica, quien trae innovaciones y bienestar para que Manuel, incluso, termine sus estudios, y junto a su entrenador viajen a Cuba en enero del otro año para tomar clases con el campeón olímpico Héctor Vinent.
Benito Mojica manifestó que ya es hora de que los boxeadores panameños dejen de estar mendigando una dieta o pago.
El apoderado señaló que hay que darles a los boxeadores el valor que se merecen para poder exigirles y que entiendan que este deporte es su trabajo, el cual se cumple en su totalidad respetando al jefe y a los clientes, que en este caso son los fanáticos del boxeo.
Como una de sus obligaciones, Largacha, antes de subir al “ring” para sus peleas, en el camerino deberá rezar el Padre Nuestro y cantar el Himno Nacional de Panamá.
El próximo compromiso para este prometedor boxeador será el 1 de noviembre en el Turicentro de Panamá, en la frontera del lado de Chiriquí, en una cartilla del promotor José Félix González.
Su compromiso será una revancha ante Albin Zapata, a quien ya venció a pesar de combatir con una desventaja de 10 libras.