Cerca de 2.000 bomberos trabajan para contener unos 60 focos activos, 15 de los cuales están fuera de control, que forman un frente de más de 300 kilómetros.
AustraliaEFELas autoridades de Nueva Gales del Sur declararon hoy el estado de emergencia debido a la oleada de incendios, la peor en una década, que afecta este estado del este de Australia y que amenaza con agravarse en los próximos días.El jefe de Gobierno estatal, Barry OFarrell, dijo que la medida da poderes especiales a los servicios de emergencia durante 30 días, incluidas órdenes de evacuación y el corte del suministro de gas y electricidad, ante el riesgo de que se junten los tres principales focos que arden en la zona de Blue Mountains.
"Nos estamos preparando para lo peor, aunque esperemos lo mejor", dijo OFarrell en declaraciones recogidas por la televisión ABC.
El comisionado del Servicio de Incendios Rurales (RFS), Shane Fitzsimmons, dijo que los bomberos se enfrentan a unas "condiciones sin paralelo" en la región de Blue Mountains y calificó la situación en esa región como extremadamente seria ante el riesgo de que se forme un frente único.En esta zona se ordenó esta mañana la evacuación de las localidades de Bell, Mount Tomah y Berambing, mientras que en Mount Irvine y Mount Wilson alertaron que ya es demasiado tarde para salir al encontrarse numerosas carreteras cortadas."No estamos hablando de vaciar Blue Mountains.
Pero la realidad es que estos fuegos suponen un significativo y extenso riesgo y amenaza para las comunidades de todo Blue Mountains", dijo Fitzsimmons.El comisionado alertó de un agravamiento de los incendios a causa de la entrada de viento seco del noroeste en las próximas horas y un aumento de las temperaturas.
"Potencialmente, la zona entera de Blue Mountains y Hawkesbury, incluidos lugares como Kurrajong, estarán en peligro los próximos días", avisó Fitzsimmons."Hasta ahora hemos visto una devastación y destrucción extraordinaria y hay un potencial real para que haya mucha más a medida que avance la semana", añadió.Cerca de 2.000 bomberos trabajan para contener unos 60 focos activos, 15 de los cuales están fuera de control, que forman un frente de más de 300 kilómetros.Desde el jueves, las llamas han arrasado 37.000 hectáreas y destruido al menos 208 casas, además de causar la muerte de un hombre de 63 años, que falleció cuando combatía el fuego cerca de su casa en Lake Munmorah, a 124 kilómetros al norte de Sídney.La actual crisis se compara a los incendios denominados "Navidad Negra", que comenzaron el 25 de diciembre de 2001, duraron unas tres semanas y arrasaron unos 3.000 kilómetros cuadrados de terrenos en Nueva Gales del Sur, así como unas 121 viviendas.