Mundo - 26/7/13 - 01:00 PM
Reclusa: Bendición del Papa me ayudará a rehacer mi vida
La joven relató que le entregó al pontífice una poesía suya y una figura que esculpió de San Francisco en cerámica negra.
Río de Janeiro
EFE
Una de los ocho jóvenes reclusos brasileños que se reunió hoy con el papa Francisco en Río de Janeiro dijo que la bendición que recibió del pontífice representa una oportunidad única para rehacer su vida.
"Dios me dio esta oportunidad. Necesito de esta bendición para volver a vivir afuera (del reformatorio)", aseguró la adolescente tan sólo identificada como N. C. J., de 18 años, en declaraciones citadas en un comunicado de la gobernación de Río de Janeiro.
La joven relató que le entregó al pontífice una poesía suya y una figura que esculpió de San Francisco en cerámica negra.
Agregó que en dos semanas podrá salir del reformatorio y que considera la bendición como un estímulo para rehacer su vida.
Francisco, que inició el lunes una visita de una semana a Brasil para participar en la Jornada Mundial de la Juventud, tuvo este viernes un encuentro privado con seis muchachos y dos chicas infractores de entre 16 y 18 años recluidos en tres diferentes reformatorios del Departamento General de Acciones Socioeducativas (Degase) del estado de Río de Janeiro.
La reunión, que concluyó con una bendición a los infractores, se celebró en una de las salas del Palacio Arzobispal de Río de Janeiro ante la presencia de educadores de jóvenes, pero el Vaticano se abstuvo de dar detalles sobre el encuentro por considerarlo como un acto muy reservado.
Una hora antes de su encuentro con los infractores, el pontífice confesó a cinco jóvenes en uno de los confesionarios diseñados especialmente para la Jornada Mundial de la Juventud y dispuestos en el Parque de Boa Vista, en la zona norte de la ciudad.
Los jóvenes, tres brasileños, un venezolano y una italiana, dijeron haber sentido "una gran emoción" por ese privilegio y subrayaron que la sencillez y la franqueza del Papa facilitaron la confesión.
"El papa fue muy generoso y nos dejó muy tranquilos. Él realmente es el santo padre del pueblo", dijo el peregrino Renán Souza, de 22 años y funcionario de la alcaldía de Paracuru, un pequeño municipio en el empobrecido estado de Ceará, al referirse al deseo de Francisco de acercarse a las personas más simples.
EFE
Una de los ocho jóvenes reclusos brasileños que se reunió hoy con el papa Francisco en Río de Janeiro dijo que la bendición que recibió del pontífice representa una oportunidad única para rehacer su vida.
"Dios me dio esta oportunidad. Necesito de esta bendición para volver a vivir afuera (del reformatorio)", aseguró la adolescente tan sólo identificada como N. C. J., de 18 años, en declaraciones citadas en un comunicado de la gobernación de Río de Janeiro.
La joven relató que le entregó al pontífice una poesía suya y una figura que esculpió de San Francisco en cerámica negra.
Agregó que en dos semanas podrá salir del reformatorio y que considera la bendición como un estímulo para rehacer su vida.
Francisco, que inició el lunes una visita de una semana a Brasil para participar en la Jornada Mundial de la Juventud, tuvo este viernes un encuentro privado con seis muchachos y dos chicas infractores de entre 16 y 18 años recluidos en tres diferentes reformatorios del Departamento General de Acciones Socioeducativas (Degase) del estado de Río de Janeiro.
La reunión, que concluyó con una bendición a los infractores, se celebró en una de las salas del Palacio Arzobispal de Río de Janeiro ante la presencia de educadores de jóvenes, pero el Vaticano se abstuvo de dar detalles sobre el encuentro por considerarlo como un acto muy reservado.
Una hora antes de su encuentro con los infractores, el pontífice confesó a cinco jóvenes en uno de los confesionarios diseñados especialmente para la Jornada Mundial de la Juventud y dispuestos en el Parque de Boa Vista, en la zona norte de la ciudad.
Los jóvenes, tres brasileños, un venezolano y una italiana, dijeron haber sentido "una gran emoción" por ese privilegio y subrayaron que la sencillez y la franqueza del Papa facilitaron la confesión.
"El papa fue muy generoso y nos dejó muy tranquilos. Él realmente es el santo padre del pueblo", dijo el peregrino Renán Souza, de 22 años y funcionario de la alcaldía de Paracuru, un pequeño municipio en el empobrecido estado de Ceará, al referirse al deseo de Francisco de acercarse a las personas más simples.