Migrantes generaron economía de $125 millones en el 2022
Darién, la provincia selvática de Panamá fronteriza con Colombia, "es una bomba de tiempo", alertó el Defensor del Pueblo panameño, Eduardo Leblanc, que acusó el abandono estatal por años y el acecho de grupos criminales como los que ahora mueven a miles de migrantes irregulares que llegan a este territorio en su viaje hacia Norteamérica.
Pero "es una bomba de tiempo, olvidada por muchos gobiernos, sin acceso a servicios básicos o con estructuras en pésimo estado", dijo Leblanc, en el marco del lanzamiento por parte de las defensorías del Pueblo de Panamá y Colombia de una inédita Alerta Temprana Binacional ante la crisis migratoria.
Leblanc y su colega colombiano, Carlos Camargo, explicaron que el control territorial en la ruta migratoria selvática lo ejercen organizaciones criminales como el colombiano Clan del Golfo, redes transcontinentales focalizadas en el tráfico de migrantes, y grupos de delincuencia en proceso de organización en Panamá.
Camargo dijo que "hay una economía que tiene como presa a los migrantes" que atraviesan el Darién y que solo en el 2022 generó "a los que se dedican a esta práctica ilegal unos 125 millones de dólares", una cifra que deviene de multiplicar el número de cruces por los cerca de 500 dólares que le cuesta a cada persona ese tránsito.
En la provincia de Darién se benefician las comunidades indígenas de acogida temporal, donde venden a los migrantes comida, servicios, transporte por los ríos y hospedaje.
Pero este boom económico "es una burbuja que puede estallar", ya que pueden aparecer nuevas vías para la migración irregular, un fenómeno que ya "se está dando" con "la ruta de San Andrés o la ruta del Caribe de Honduras, y Darién puede quedar desplazado".
Y a causa de este florecimiento económico "los niños están abandonando la escuela y las personas están abandonando la agricultura y la ganadería" generalmente de subsistencia, para trabajar en torno a la migración, dijo Leblanc.
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