Crisis en Venezuela
Los recientes acontecimientos que sacuden a hermana República Bolivariana de Venezuela, deben de movernos a la reflexión ciudadana, sobre las consecuencias resultante del cierre de los espacios de discusión y debate civilizado.
Bien ha hecho el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, al pronunciarse por una salida democrática a la crisis que sacude a la patria de Bolívar.
Y es que la ausencia de tolerancia, los sectarismo y la promoción de ideologías extremas, no pueden sino ser, caldos de cultivo para la violencia y la intolerancia que conduce a más violencia.
Hay que mirarse en ese espejo; las diferencias políticas no deben convertirse en diatribas y ofensas que nos enemisten irremediablemente.
Las relaciones diplomáticas con Venezuela son como arena movedizas. Panamá tiene mucho intereses con la nación suramericana como el cobro de una millonaria factura a la Zona Libre y el suministro de petróleo al país. Aparte, también se puede tildar al gobierno panameño de interferir en los asuntos internos de otra nación o ser tolerante con el chavismo, por lo que cualquiera declaración sobre la situación del vecino país, debe ser bien meditada.
Al final del camino la crisis en Venezuela la tendrán que resolver los venezolanos, quienes tendrán que buscar mediadores en las que las partes puedan confiar, de lo contrario, el conflicto persistirá.