Opinión - 24/1/14 - 11:19 PM

Cuidar a nuestra juventud

La gente mayor probablemente recuerda los días en que las salidas adolescentes en Montevideo se centraban en los calmos bailes vespertinos del desaparecido hotel Miramar, en Carrasco,

Por: - Viernes 24 de Enero de 2014 11:19 PM

El Observador / El Observador

La gente mayor probablemente recuerda los días en que las salidas adolescentes en Montevideo se centraban en los calmos bailes vespertinos del desaparecido hotel Miramar, en Carrasco, sin consumo de alcohol y que terminaban antes de medianoche. Hay cierta diferencia con las prácticas de ahora en la capital, en localidades del interior y, muy especialmente, en Punta del Este. No es fácil revertir el comportamiento de gran parte de nuestros jóvenes, que beben y consumen drogas en la “previa” que los prepara para la diversión de la madrugada. En nada ayuda la disgregación familiar que alienta el Gobierno ni la facilitación de la drogadicción con la legalización de la marihuana. Pero si no se toman prontamente medidas correctivas, se caerá en un deterioro social irredimible. Hace ya años que las fiestas liceales de fin de curso y los quinceaños terminan en desenfrenadas orgías de alcohol, drogas y sexo adolescente. Clubes de Montevideo donde solían realizarse estos eventos optaron por prohibirlos, debido al descontrol de los jóvenes y a los daños materiales que causaban. Es obvio que muchos padres, por impotencia o simple desinterés, han perdido el control sobre lo que hacen sus hijos cuando salen de noche. ¿Habrá llegado el momento en el que, ante la pérdida de valores y el acceso fácil al alcohol y la droga, solo quede la salida, poco simpática, pero ineludible, de imponer el mismo orden riguroso que se utiliza contra el vandalismo? Nos negamos a admitirlo. El Gobierno y la sociedad civil tienen que encontrar maneras para reconstruir formas de comportamiento perdidas. No se puede solucionar este problema con toques de queda a medianoche. Resignarse a ello es resignar buena parte del etos de la vida en sociedad.