Fiasco canalero
E l Canal de Panamá es la obra de ingeniería por excelencia. Próxima a cumplir 100 años de funcionamiento ininterrumpido, la vía interoceánica brinda al comercio mundial
E l Canal de Panamá es la obra de ingeniería por excelencia. Próxima a cumplir 100 años de funcionamiento ininterrumpido, la vía interoceánica brinda al comercio mundial un servicio vital para conectar los grandes centros industriales y económicos, por medio del negocio marítimo global.
Empero, no todo fue bellezas en torno a la historia de la zanja canalera. Por siglos, los europeos intentaron construir la vía acuática por el Istmo de Panamá, enfrentando enormes dificultades geográficas, la malaria, el clima, los problemas financieros y la política. En el siglo XIX, Francia trató de adelantar la obra con la guía del conde Ferdinand de Lesseps, pero fracasó. Fue un duro golpe al orgullo galo, por nunca haber completado semejante proyecto de ingeniería.
Los Estados Unidos de América serían la potencia mundial que completaría la obra canalera. De 1904 a 1914, las obras del Canal en Panamá representaron todo un reto contra los elementos. Theodore Roosevelt impulsó el proyecto y se anotó el premio de superar la dificultad técnica de comunicar los océanos Atlántico y Pacífico por el Istmo.
No sé ustedes, pero a veces el destino juega contra nosotros. Al cumplirse un siglo de apertura del Canal de Panamá, ahora nos encontramos con el fiasco del consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC), liderada por la compañía española Sacyr Vallehermoso. Esta última empresa virtualmente está en bancarrota y presionada por sus socios italianos Impregilo, que la obligaron exigir a la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) asumir supuestos sobrecostos por obras estimados en $1,600 millones.
Es evidente que la oferta de Sacyr fue una estafa, al proponer en 2009 unos mil millones de dólares menos que la empresa norteamericana Bechtel, que era la favorita por su experiencia y profesionalismo.
De GUPC, no por enfrentar los retos, como sucedió con los franceses, no hay otra opción que contratar a los gringos de Bechtel para concluir el proyecto. No podemos correr más riesgos. Ante este momento sumamente difícil, todos los panameños debemos apoyar a la Administración del Canal y evitar que los europeos se salgan con la suya. ¿Será que la historia se repite en espiral?
Larga vida y prosperidad para todos. Saludos amigas y amigos…