Opinión - 20/3/14 - 12:37 AM

Infiernillo político

Bueno, bueno, en algunos despachos públicos, incluyendo la Universidad de Panamá, están despidiendo a las personas que llegan a la edad de jubilación y no optan por

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Ramón Jiménez Vélez / Ramón Jiménez Vélez

Bueno, bueno, en algunos despachos públicos, incluyendo la Universidad de Panamá, están despidiendo a las personas que llegan a la edad de jubilación y no optan por la pensión, a sabiendas de que el retiro implica la depauperación a medida que pasan los años.

Por cierto que se ha desarrollado un enorme interés por personas de la llamada tercera edad que no están pensionadas debidamente o que o nunca trabajaron o no cotizan en la Caja del Seguro Social, incluso aumentándoles el subsidio que se les otorgó.

De paso, también, alegando el alto costo de la vida y la inflación, se ha procedido al aumento del salario mínimo además de hablarse de aumentos generales de salario por la misma razón.

Sin embargo, mientras se extiende la preocupación por estos sectores de la población, se ignora a los pensionados que se van empobreciendo con el paso de los años.

Es indudable que las personas se niegan a entrar al círculo de los pensionados conocedores de que irán disminuyendo su nivel de vida sin que a nadie le preocupe.

Toda persona que tiene un ingreso por su trabajo tiene un poder adquisitivo, el cual al pensionarse se le congela en el porcentaje que recibe de pensión, lo que involucra una disminución de su nivel de vida.

De no tener otro ingreso adicional, simple y llanamente con el constante incremento del costo de la vida empieza a resentirlo, porque su dinero cada vez le da acceso a menos adquisición.

Sumado a ello, si vive en casa de alquiler, este le ha aumentado, y sigue con el mismo ingreso por cuanto debe sacrificar otro gasto (alimentación, vestimenta, medicamentos, entretenimiento) para poder balancear su vida.

Esto hace que trate de buscar la forma de obtener nuevas fuentes de ingresos, ya sea contratándose por remuneraciones menores o tratando de obtener en los juegos de azar el golpe que le resuelva.

En 2001 se creó un fideicomiso de 60 millones que se obtendrían con la venta del complejo de Clayton, una emisión estatal y la venta de un terreno en Ancón, para crear un capital semilla de 120 millones que llegase a 500 millones para proporcionarles a los jubilados y pensionados aumentos anuales según el costo de la vida.

Eso no se ha cumplido.

El novelista alemán Jean Paul Richter escribió: “no es el término de la alegría lo que hace triste la vejez, sino el término de la esperanza”.

Bueno eso es todo por hoy, pero tranquilos, que el próximo jueves habrá más.


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