El sumo pontífice ha sido criticado y hasta han distorsionado sus palabras. Cuando un periodista le preguntó acerca del “lobby gay”, respondió que se dice mucho
Tomado El Nuevo Herald / El sumo pontífice ha sido criticado y hasta han distorsionado sus palabras.Cuando un periodista le preguntó acerca del “lobby gay”, respondió que se dice mucho del “lobby gay”, pero que aún no se ha encontrado con nadie que le dé un carné de identidad en el Vaticano donde lo diga.
Dicen que los hay, agregó.
Luego dijo: “Cuando uno se encuentra con una persona así, debe distinguir entre el hecho de ser gay, del hecho de hacer lobby, porque ningún lobby es bueno.Si una persona es gay y busca al Señor de buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo?”.Para finalizar, dijo: “Debemos ser hermanos.
El problema es hacer un lobby.De esta tendencia o lobby de los avaros, de los políticos, de los masones.
..Tantos lobbys.Este es el problema más grande.Le agradezco mucho que me haya hecho esta pregunta.Gracias a todos”.¿Qué hay de malo en sus respuestas? ¿Qué ha debido contestar?Los fariseos también quisieron hacer caer en la trampa a Jesucristo cuando él se interpuso entre ellos y una prostituta, le preguntaron que por qué la defendía y él respondió: “Quien esté libre de pecado que arroje la primera piedra”.Nadie lo hizo, todos quedaron como petrificados.Si Jesucristo defendió a una prostituta, ¿por qué el papa Francisco ha debido condenar a los homosexuales? “¿Quién soy yo para hacerlo?”Hay que recordar que el papa estaba respondiendo a una pregunta que sería divulgada por todos los medios de comunicación y su respuesta la escucharían no solo católicos, sino también masones, protestantes, ortodoxos, testigos de Jehová, mormones, ateos, y también lesbianas, gays y bisexuales.Ante estos hechos, ¿qué ha debido contestar?Qué fácil es criticar al papa, sobre todo, cuando no sé es católico, pero quienes lo critican parece que olvidaran que, como muestra de solidaridad con el sumo pontífice, se reunió a lo largo de la playa más importante del Brasil, una multitud de más de tres millones de personas, muchas de ellas procedentes de todos los rincones del mundo, y no lo criticaron.