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En el viejo café de Santana, la mesa bochinchosa ardía en comentarios de las elecciones. Decía el Loco que ellos estaban sobrados porque las encuestas los tenían
Milcíades Ortiz / Milcíades OrtizEn el viejo café de Santana, la mesa bochinchosa ardía en comentarios de las elecciones. Decía el Loco que ellos estaban sobrados porque las encuestas los tenían en primer puesto. Indicaba el Panameñista que ganarían, aunque estuvieran en la cola. Repetía la famosa frase de La Doña que “nuestras encuestas son de carne y hueso”. Muy contento, el Comunista (ñángara trasnochado) ya se veía nombrado de ministro de cualquier cosa. “Cuando gane el camarada necesitará gente fiel como yo”, afirmaba. Ante el optimismo del experimento izquierdista de estas elecciones, varios parroquianos se reían “a lo callado”. Eso de un comunista fidelista o chavista en el Palacio de Las Garzas era remoto.
El Cholito Mesero decía que todos tenemos derecho “al pataleo y a soñar con pajaritos preñados” en un país democrático. Los del PRD eran los más optimistas ese día. Pensaban que después de tantos años la gente olvidaría que nacieron de la dictadura militar y apoyaron al último dictador narcotraficante. El Comerciante solo pensaba en “el billete”. Indicó que por las elecciones están suspendidos los nuevos empleos porque algunos temen que haya cambio. El Asimilado (amigo de todos los gobiernos) dijo que no hay que preocuparse, ya que en esta elección todos los candidatos prometen lo mismo que el gobierno. No han podido inventar propuestas distintas a seguir con el metro, becas, ayudas a personas mayores y discapacitados, construcción de mejores carreteras, casas, jumboferias, etc.
Intervino el Cholito Mesero. No se supo si era de buena fe o ganas de “fregar” cuando dijo que “lo que debían hacer es un solo gobierno. Que el que gane nombre de ministros a los que perdieron para que cumplan sus promesas y todos estarán felices”. Los expertos indicaron que eso era imposible porque se la pasarían saboteándose unos a los otros, puesto que el panameño es “mal perdedor”. ¿Y qué hacer con Martinelli? “Que lo nombren de ministro para seguir disfrutando sus ocurrencias”, señaló reído el bellaco Mesero...