Discriminar es una palabra con un significado muy duro. Sus efectos ocasionan sentimientos devastadores en aquellas familias, cuyas vivencias giran alrededor de la vida
Por: Josefa Marín Rubio / Discriminar es una palabra con un significado muy duro.Sus efectos ocasionan sentimientos devastadores en aquellas familias, cuyas vivencias giran alrededor de la vida de una persona con Síndrome de Down.
Tener una capacidad especial no hace a estos seres menos individuos para enfrentar el diario vivir, por lo menos hoy.
Hace 50 o más años, la gente escondía el tener un familiar o descendiente con estas características.La vergüenza y la soledad a la que eran recluidas las personas con síndrome de Down los sumía en una tristeza infinita.Prohibirles el contacto con otros seres humanos era condenarlos a morir lentamente.
Les impedía darnos su alegría y ejemplo de lucha por adaptarse a una vida en la que todos somos discriminados de una u otra forma.Había gente con una enorme ignorancia sobre la manera de tratar a sus hijos con este síndrome.
¡Gracias a Dios!, el amor y la verdad casi siempre triunfan.Especialmente cuando "el amor es genuino", tomando la expresión dicha por la señora Yolanda Eleta (presidenta de Olimpiadas Especiales), madre de una joven valiente que con gran motivación familiar se ha integrado al mundo cotidiano, superando las barreras que su condición en otras circunstancias le hubiesen ocasionado ante la discriminación.Al leer un artículo en el que habla de cómo enfrentó ella el mayor reto de su vida, me hizo sentir que es justo reconocer a las personas y familias que viven día a día, con paciencia y esperanza de lograr mejores oportunidades para quienes han nacido con síndrome de Down.A lo largo de mi existir he estado muy cerca de estos ángeles, y las experiencias han sido de afecto y alegrías que celebrar.Hay que reconocer que necesitan mayor atención en sus cuidados, pero su discapacidad no les quita valor.He ahí la tarea que tenemos por cumplir.Facilitar que ellos puedan obtener esa seguridad de ayuda para tranquilidad de sus padres y de la gente buena que colabora para que tengan un lugar más amigable con sus vidas.