Sucesos - 12/7/18 - 03:30 PM

50 años por matar a niña

La fiscal del caso había solicitado 30 años por femicidio, 10 años por robo y 10 años por la tentativa de femicidio.

 

Por: Joselín Samaniego / Crítica -

Un tribunal impuso la pena de 50 años de prisión para Gustavo Miguel Paz Ibargüen, de 32 años, por los delitos de homicidio y de robo agravado, en un hecho en donde falleció la menor de 5 años, Selenis Alaín Santamaría, ocurrido el 30 de agosto de 2017, en el sector de La Paz, en Cerro Batea.
El sujeto también fue condenado por el robo agravado y tentativa de homicidio en perjuicio de la madre de la menor, Yulissa Santamaría. Paz ingresó a la casa de las víctimas a robar y al ser sorprendido apuñaló a la niña.
¡Se hizo justicia! dijo Yulissa Santamaría, al conocer la sentencia contra Paz Ibarguen,
La fiscal, Leyda González solicitó la pena de 30 por el delito de femicidio en perjuicio de la menor de edad, 10 años por el delito de robo y 10 años por la tentativa de femicidio lo cual suma un total de 50 años de pena.
​La solicitud de la pena se hizo manifiesta durante la audiencia intermedia realizada el pasado 27 de abril de 2018. Durante esta audiencia el imputado renunció a su derecho de ser juzgado por Jurado de Conciencia y solicitó que el juicio sea realizado en derecho.
La condena de hoy coincide con el cumpleaños de la menor, que hoy celebraría sus 6 años de vida, dijo su abuela.
La madre de la niña explicó que el condenado durante la audiencia, celebrada en el Sistema Penal Acusatorio de San Miguelito, solo alegó que era responsable del robo.
El día de los hechos, la pequeña Selenis fue brutalmente apuñalada por el delincuente, que ingresó a la vivienda para robar.
 
 
El día fatal
Según los hechos, el asesino usó a la niña como escudo y la apuñaló  en la espalda para acabar con su vida, en un intento de no ser atrapado por sus dos tías y madre, esta última quien también resultó herida.
Eran aproximadamente las 3:00 a.m. cuando los gritos desgarradores de auxilio, de parte de la madre, de 22 años,  provocaron que dos tías llegaran, en medio de la oscuridad, a la casa. Dentro de la misma se desataba un forcejeo, producto del  ataque de un hombre residente en el mismo sector. El perrito criollo, en medio de sus ladridos, fue otro testigo del suceso.
La bisabuela de la infante, Delfina Estribí, narró  con voz quebrada  que las tías  salieron para ayudarla, pero se encontraron, como un muro, con la puerta cerrada, mientras la madre de la niña, Yulissa Santamaría, desde adentro, intentaba abrirla.
Segundos antes, la  mujer se despertó por el ruido del  hombre adentro de la casa, y se lanzó sobre él en un acto de defensa; mientras eso sucedía, la niña se despertó, dio varios pasos hacia la pequeña sala y al ver a su madre luchando con el desconocido, quiso defenderla. En la lucha, al hombre se le cayó el puñal, que la mujer agarró, y lo apuñaló en el hombro y abdomen.  En la escena se le cayó  la cartera con los documentos personales del atacante.
El hombre, herido, que caminaba frente a la casa en ese momento, al escuchar los gritos de las tías afuera de la puerta,  notó que  eran más, y agarró a la niña utilizándola como escudo, mientras la madre abría la puerta de madera.
Las tres mujeres lo rodearon, pero el  hombre tomó la niña por la cintura para  salir de la casa. El atacante la apuñaló  y, en un acto brutal, la lanzó de cabeza a orillas de la vereda, en  frente a la salida de su casa, contó la bisabuela.
El agresor, en medio de los gritos de las tres mujeres, se perdió en la oscuridad acompañado de los ladridos de los perros, mientras los vecinos  encendían las luces de sus casas al ser despertados por el acto de violencia.
Un morador, como pudo, agarró a la niña  y la madre, quien, además, estaba herida, las trasladó al Cuarto de Urgencias de la Policlínica Manuel María Valdés, pero por la gravedad de la pequeña, los doctores decidieron remitirla en ambulancia al Hospital del Niño, donde, pese al esfuerzo, sucumbió.
Mientras tanto, el atacante, al estar herido, se  presentó al Cuarto de Urgencias del Centro de Salud de Torrijos-Carter para recibir atención médica, donde quedó bajo custodia  y a órdenes de la Unidad de la Sección de Homicidio / Femicidio del Ministerio Público de San Miguelito.
 

 


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