Demasiado dolor en sepelio de entrenador
La Parroquia María de la Paz, ubicada en Los Andes N°2, en San Miguelito, quedó pequeña para la cantidad de familiares y amigos que dieron
Carlos A. Rodríguez / Crítica / Alto a la violenciaLa Parroquia María de la Paz, ubicada en Los Andes N°2, en San Miguelito, quedó pequeña para la cantidad de familiares y amigos que dieron el último hasta luego al entrenador deportivo, Alfonso Anel González, asesinado el pasado fin de semana en un campo deportivo en Costa del Este, del corregimiento Parque Lefevre.
La ceremonia religiosa se realizó a la 1:00 de la tarde de ayer, miércoles. El féretro con el cuerpo de “Foncho", se mantenía en capilla ardiente desde las 11:00 de la mañana.
Dos auto-patrullas de la Policía Nacional realizaban recorridos en las calles cercanas a la parroquia donde se realizaba la despedida.
Al lado del ataúd de color crema fue puesta una mesita con un portarretrato de Alfonso, y en cada esquina del cuadro estaba la gráfica de “León Jah”, ya que el mismo era miembro del Movimiento Rastafari de Panamá. Complementaban el arreglo memorial, varios trofeos.
Al menos 12 niños de la Sub 13, con ramos de flores blancas en sus manos realizaron una calle de honor para el féretro que tenía los restos de quien los entrenaba en su barrio, cada fin de semana.
Los rostros de los menores reflejaban tristeza y dolor por la pérdida de su entrenador deportivo.
A la misa de cuerpo presente llegaron miembros de la comunidad rasta, quienes informaron que se sienten dolidos por la pérdida de "Foncho". De igual forma, integrantes de la junta directiva del Club San Francisco de La Chorrera.
El párroco Ovidio Madrigal hizo un llamado para que se dé un alto a la violencia en Los Andes N°2.
"Nos duele que sea la juventud la que está derramando sangre en las calles de nuestro barrio", dijo.
También hizo el llamado para que los valores de la familia regresen.
"Si no nos importa lo que pasa con el vecino, ni lloramos, el infierno está ganando la batalla", recalcó. "Los buenos somos más, y podemos contrarrestar la violencia que se registra con derramamiento de sangre“.
Tras finalizar la misa, el cuerpo fue trasladado a un empresa de cremación. La voluntad de “Foncho” era que sus cenizas fueran lanzadas al mar.
"Foncho" fue asesinado de cinco balazos cuando un sicario lo ubicó mientras recibía a los niños para iniciar los entrenamientos de la filial Sub-13 del Club San Francisco de La Chorrera, en la cancha de fútbol en Costa del Este.
El entrenador se convirtió en una de las víctimas de la guerra sin cuartel entre dos grupos delictivos que operan en el lugar.
El homicidio se dio luego que Alfonso pidiera a los vecinos que denunciaran, en octubre del año pasado, quién había asesinado a un colombiano que vendía arepas y hamburguesa en el barrio.
Hasta el momento, la Policía Nacional no ha dado con la captura de ninguno de los responsables del asesinato.