El Tribunal Electoral convocó ayer oficialmente a los comicios generales del 3 de mayo de 2009, donde podrán ejercer el sufragio dos millones 217, 335 ciudadanos. Además fue juramentada la nueva Junta Nacional de Escrutinios.
Los panameños votarán para elegir presidente, un vicepresidente, 71 diputados, 20 integrantes del Parlamento Centroamericano, 75 alcaldes, 623 representantes de corregimientos y siete concejales.
Para los próximos comicios, se requiere un Ejecutivo que mantenga su imparcialidad y que los magistrados del Tribunal Electoral garanticen la voluntad popular será respetada.
A cinco meses de las elecciones, todo indica que la contienda se polariza entre el opositor Ricardo Martinelli y la candidata oficialista Balbina Herrera. El abanderado del colectivo Cambio Democrático lidera las encuestas y ha generado preocupación en las filas de los colectivos tradicionales como el PRD y el Panameñismo.
De ganar Martinelli, sería la primera vez que un colectivo no integrante de las fuerzas tradicionales del país obtenga el poder.
El oficialismo está dividido en corrientes, que de no lograr un acuerdo conducen a una derrota a su candidata. Todavía hay margen para ajustar la estrategia de campaña, para tratar de recortar la ventaja de Martinelli.
En las filas del Panameñismo el asunto es más complicado. Los seguidores de Arnulfo Arias corren el riesgo de llegar nuevamente terceros en la contienda electoral y una derrota de ese talante, sin duda, obligaría a una sustitución de la actual dirigencia.
Para algunos la mejor opción de los Panameñistas es buscar la alianza con Martinelli, de lo contrario la terquedad los puede conducir a una nueva derrota. Hay que analizar los números y las posibilidades, para luego definir el rumbo de los fieles a Arnulfo. La decisión debe tomarse en base a la razón y no tanto con la emoción.