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‘Dibu’ vuelve a la carga: dice que Tchouaméni ‘se cagó todo’

Más de 100. 000 personas aclamaron en la localidad costera de Mar del Plata, a unos 400 kilómetros de Buenos Aires, a Emiliano Dibu Martínez, portero ...

Buenos Aires EFE

Más de 100.000 personas aclamaron en la localidad costera de Mar del Plata, a unos 400 kilómetros de Buenos Aires, a Emiliano 'Dibu' Martínez, portero de la selección argentina que se proclamó campeona del Mundial de Qatar.

El guardameta del Aston Villa, natural de uno de los lugares más turísticos de la costa argentina, recibió ayer un homenaje ante una multitud de personas, como las que se agolparon para presenciar cada encuentro de la Albiceleste en la cita catarí.

Una pantalla gigante sobre un escenario donde fue homenajeado mostró imágenes de las distintas actuaciones del 'Dibu' a lo largo del Mundial, con especial foco en las dos tandas de penales que Argentina superó en cuartos de final y en la final contra Francia, que dieron la tercera estrella de la historia a la Albiceleste.

Ante esa celebración, desde la tarima, el portero indicó que en las tandas de penaltis se hace "fuerte" y sabe que los rivales le "respetan".

"Cuando atajo el primer penal (ante Francia), sé que el otro chico (Tchouaméni) iba a estar nervioso, la tiró fuera. Se cagó todo", dijo ante los aplausos de los marplatenses.

Martínez, que acudió con el premio de Mejor Portero del torneo y la medalla de campeón, dijo que el capitán, Lionel Messi, "es el mejor jugador del planeta" y su sueño, como el del resto del equipo, era "darle un título a Leo en la selección".

Después de las victorias en la Copa América (2021) y en la Finalissima (2022), "mi sueño final como arquero era darle al mejor del mundo el título mundial para que no haya duda que sea el mejor jugador de toda la historia", confesó.

Martínez se acordó de sus orígenes en cancha de tierra en el barrio Jardín, de Mar del Plata (provincia de Buenos Aires), y expresó su "orgullo" por haber llegado a convertirse en campeón del mundo con Argentina.

"Cada partido que jugábamos decíamos que jugábamos por la gente. Cuando las piernas no daban, el corazón siempre daba un paso adelante", comentó.

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