golazo
Messi, de penalti, decide a un cuarto de hora del final
Partido con ocasiones claras para ambos equipos, un gol fantasma del argentino Diego Colotto e incluso un penalti de su compatriota Javier Mascherano a Javi López no señalado por Clos Gómez.
Barcelona
EFE
Un penalti transformado por Lionel Messi, a un cuarto de hora para el final, dio la victoria al Barcelona (1-0) en el derbi contra el Espanyol y el liderato provisional de una Liga de la que el conjunto azulgrana podría haberse alejado esta tarde y, sin embargo, parece estar más cerca que nunca.
Fue un partido intenso, disputado y polémico, con una primera mitad especialmente movida, jugada a ritmo de vértigo, con ocasiones claras para ambos equipos, un gol fantasma del argentino Diego Colotto e incluso un penalti de su compatriota Javier Mascherano a Javi López no señalado por Clos Gómez.
Empezó mejor el Bara que, fiel a su estilo, rápidamente se hizo con el mando del partido, marcando los tiempos merced al claro dominio en la posesión del esférico.
En la partitura del conjunto azulgrana, Messi volvía a tener un protagonismo capital, sacando de sus sitio a Colotto o el mexicano Héctor Moreno para recibir entre líneas y sembrar el caos en torno a la meta defendida por Kiko Casilla.
El crack de Rosario pudo batir al portero españolista en un cabezazo que salió por encima del travesaño y habilitó a un voluntarioso pero poco inspirado Neymar, con el punto de mira desviado cada vez que encaraba a Casilla.
El brasileño Dani Alves aprovechaba la autopista que le dejaba el portugués Simao Sabrosa por su banda izquierda para sumarse a la ofensiva azulgrana a la menor oportunidad pero, pese a el buen inicio visitante, el Espanyol no le perdía la cara al partido.
Al contrario, mientras Neymar y Moreno se las tenían en el área local y el mexicano Javier Aguirre y el argentino Tata Martino los imitaban en la banda, el conjunto blanquiazul, jaleado por su afición, iba creciendo a pasos agigantados a medida que avanzaba la primera mitad.
Liderado por Sergio García, el Messi de este Espanyol, empezó a buscar cada vez más arriba al Bara. El propio García avisaría a Pinto con un disparo a la media vuelta que se marchó fuera por poco y asistiría al portugués Pizzi en una jugada marca de la casa que el luso culmino de la peor forma, rematando muy desviado cuando el meta visitante parecía ya vendido.
Si Sergio hacía de Messi, Pizzi se empeñaba en hacer de Neymar, al rematar en semifallo después de un gran control con sombrero incluido cuando lo más fácil era fusilar la portería barcelonista.
También hubo en este primer acto un pelotazo de Colotto que a punto estaba de sorprender a Pinto que atajaba el balón sobre la línea de gol, sembrando la duda sobre si la pelota la había traspasado totalmente o no, y un derribo de Mascherano a Javi López sobre la línea que el árbitro obvió.
El Bara, demasiado exigido atrás, agradeció que el choque llegará al descanso. Pero le costó volver a tomar la iniciativa tras la reanudación.
Sin ideas en la elaboración, sin el temple y la pausa necesarias para volver a controlar el juego y sin la superioridad esperada en el centro del campo -el trabajo de David Sánchez y Javi López en esa zona resultaba impagable- tuvo que esperar a que el Espanyol fuera pagando poco a poco el esfuerzo de la primera hora de partido para irse a por el encuentro en los últimos veinte minutos.
A esas alturas del choque, los locales solo había podido inquietar a Pinto con un tiro inocente de lex Fernández y, sin Héctor Moreno, que se marchaba lesionado al inicio de la segunda mitad, empezaba a tener algún problema atrás.
Messi avisó el primero y Piqué remató al travesaño a la salida de un córner antes de que Clos Gómez señalara, esta vez sí, penalti por manos de Javi López, en una jugada en la que previamente parece que el balón también daba en el brazo de Neymar.
La Pulga, como ya hizo en el Bernabéu, asumía la responsabilidad de engañar a Casilla para profanar por primera vez Cornell-El Prat, uno de los pocos estadios en los que aún no había marcado. Justo antes de que Martino diera entrada a Iniesta, hoy suplente por unas molestias en el muslo izquierdo.
El partido acabó para el Espanyol con la expulsión del propio Casilla, por parar un disparo de Messi con la mano fuera del área, a siete minutos del final.
El defensa Javi López fue el improvisado portero españolista en esos últimos minutos -Aguirre ya había agotado los tres cambios- y tuvo tiempo de lucirse en sendos remates de Alexis.