Condenan los ataques
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la primera ministra británica, Theresa May, condenaron ayer los "provocadores" ataques con cohetes que las fuerzas iraníes en Siria dispararon contra Israel, un extremo que niega el Gobierno de Teherán.
La Casa Blanca informó de una llamada telefónica entre Trump y May, en la que ambos líderes "condenaron los provocadores ataques con cohetes del régimen iraní desde Siria contra ciudadanos israelíes", una escalada militar que ha despertado las alarmas sobre una posible desestabilización regional.
Israel denunció bombardeos de la fuerza iraní Quds contra su línea de defensa en el territorio ocupado de los Altos del Golán y atacó más de 70 objetivos en Siria, una gran operación contra fuerzas iraníes desplegadas en ese país y bases del régimen sirio de Bachar al Asad.
Según la Casa Blanca, Trump y May hablaron sobre cuál es la mejor forma de afrontar el "comportamiento desestabilizador" de Irán en la región, mientras que el estadounidense llamó a todas las naciones a dejar claro que "las acciones del régimen iraní suponen una grave amenaza para la paz internacional".
Irán respalda a Al Asad, en su lucha contra el Estado Islámico y la oposición armada con asesores militares de los Guardianes de la Revolución y con milicianos chiíes sobre el terreno.
La presencia iraní y de su aliado, el grupo libanés Hizbulá, en Siria preocupa en extremo a Israel, que ve cómo sus enemigos toman posiciones cerca de sus fronteras.
El martes, Trump anunció la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán de 2015 y dos días después, reanudó las sanciones con un golpe a una red, operativa en Emiratos Árabes Unidos (EUA) e Irán, dedicada a dar cientos de millones de dólares a la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní.