Eta deja sumida a Honduras en una crisis y pidiendo ayuda
La depresión tropical Eta, que el jueves salió de Honduras, dejó una estela de dolor con una veintena de muertos y pérdidas millonarias a la infraestructura y economía que aún no han sido cuantificadas, en un país también golpeado por la pandemia de la COVID-19 que de nuevo clama por ayuda internacional.
"Aquí en La Lima necesitamos de todo, agua, comida, ropa, medicinas, lanchas para atender a los damnificados; el 80% del municipio está dañado", dijo a los periodistas uno de varios funcionarios municipales de esa ciudad, del norte del país, que este viernes salieron a las calles a pedir ayuda.
Igual que en otras ocasiones, cuando se trata fenómenos naturales como huracanes o tormentas tropicales, el sector de La Lima, situada en el extenso y fértil valle de Sula, quedó anegado por las lluvias causadas por Eta.
Hacia las 2:00 de la tarde hora local continuaban saliendo damnificados a pie, algunos con pocas pertenencias, de algunas zonas inundadas como Ciudad Planeta, jurisdicción de La Lima, donde muchas personas llevan dos días subidos en el techo de sus casas por lo difícil que resulta acceder en lanchas para rescatarlos.
Otros reciben el apoyo de socorristas que entran hasta donde pueden y los sacan en lanchas, en una escena que es similar en otras regiones de Cortés y otros departamentos del país.
En el barrio La Fraternidad, de La Lima, unas 50 personas, incluidos niños y ancianos, esperaban que los cuerpos de socorro llegaran hoy a rescatarlos en el segundo piso de una construcción de tres niveles, en el que se refugiaron desde el martes, cuando la zona se comenzaba a inundar.
También hay muchos damnificados atrapados en los campos bananeros adyacentes a los municipios de La Lima y El Progreso.
Algunos de los miles de damnificados que ha dejado Eta salen de sus comunidades con maletas o mochilas, otros cargan en brazos a sus hijos pequeños, o ancianos, incluso sus mascotas, de lo poco que pueden sacar de sus casas inundadas.
En algunas zonas unos vienen con gallinas, cerdos y ovejas, en tanto que otros sacan lanchas refrigeradoras, colchones de camas, muebles de sala y electrodomésticos, a la espera de instalarse en un albergue.