La ONU denuncia muertes y desplazamiento de civiles por combates en Siria
La ONU estima que unas 323.000 personas se han visto obligadas a dejar sus hogares desde septiembre del pasado año.
La ONU denunció este jueves las numerosas muertes de civiles y el desplazamiento masivo de población que está causando la escalada de las hostilidades en el noroeste de Siria.
La organización, que se declaró "profundamente preocupada", dijo que durante las últimas 48 horas al menos siete personas han muerto en ataques en la provincia de Idlib y otras dos en la de Hama, con decenas de heridos en esas áreas y en la región de Alepo.
Según Naciones Unidas, más de 300 civiles habrían perdido la vida como consecuencia de las hostilidades en el noroeste sirio durante los últimos tres meses, 60 de ellos en abril.
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Además, los combates están provocando un desplazamiento de población a gran escala desde el norte de Hama y el sur de Idlib, según dijo a los periodistas el portavoz Stéphane Dujarric.
La ONU estima que unas 323.000 personas se han visto obligadas a dejar sus hogares desde septiembre del pasado año.
"Naciones Unidas recuerda a todas las partes del conflicto sus obligaciones bajo la ley internacional humanitaria y de derechos humanos de asegurar la protección de los civiles y de las infraestructuras civiles", señaló Dujarric.
Aunque la ONU no apuntó a ninguno de los bandos por los ataques, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos en los combates han participado aviones rusos, aliados del Gobierno sirio, con varios bombardeos aéreos.
Uno de ellos, a las afueras de la localidad de Kansafra, en Idlib, mató esta madrugada a cuatro miembros de una misma familia, entre ellos dos niños, según la ONG.
Por su parte, la agencia estatal SANA apuntó que un civil murió y otros cuatro resultaron heridos por un misil "lanzado por terroristas" que se encuentran apostados en la zona desmilitarizada acordada en el norte de Siria contra la provincia costera de Latakia, a orillas del Mediterráneo.
Rusia, aliado del presidente sirio, Bachar al Asad, y Turquía, valedora de la oposición, sellaron un pacto el pasado mes de septiembre por el cual fue establecida la zona desmilitarizada en torno a la provincia de Idlib para detener una ofensiva gubernamental sobre la última región que escapa al control de Damasco.
Este cordón de seguridad, en el que hay violaciones prácticamente a diario por parte del Gobierno sirio y de los grupos radicales que se encuentran en la zona, también abarca algunas áreas de las provincias de Alepo, Hama y Latakia.
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