Muerte de otras nueve personas agrava crisis
La muerte en fuertes disturbios de al menos nueve personas agrava aún más la profunda situación que sufre Bolivia, mientras los políticos intentan avanzar hacia unas nuevas elecciones, como solución a la crisis en el país desde la renuncia de Evo Morales.
Los féretros de algunos de los fallecidos comenzaron ayer sábado a llegar a Cochabamba, capital de la región homónima, la más castigada por la violencia desatada tras los fallidos comicios del 20 de octubre que desembocaron en la salida de Morales del país.
Los ataúdes de cinco de los fallecidos en los trágicos disturbios del viernes fueron recibidos con gritos clamando justicia frente al Instituto de Investigaciones Forenses en Cochabamba, en el centro del país.
Familiares y amigos insistieron en las denuncias sobre una dura intervención de policías y militares el día antes, cuando una marcha de cocaleros afines a su líder Evo Morales intentaba entrar en Cochabamba.
El Gobierno interino de Jeanine Áñez mantiene que no está claro que los disparos mortales fueran de policías y militares, que desde el lunes pasado patrullan conjuntamente para intentar mantener el orden tras el caos en que se sumió Bolivia con la salida de Morales hacia México.
Las protestas en Bolivia ya dejan 22 muertos y más de 500 heridos, según fuentes oficiales.