HoustonAP Una mujer acusada de matar a su novio con el tacón de 14 centímetros de su zapato testificó el jueves que ha sufrido abuso por parte de hombres y dijo al jurado que su primer esposo abusó sexualmente de ella. Ana Trujillo ocupó el puesto de testigos por primera vez durante el juicio que se ha prolongado dos semanas como parte de la fase para determinar el castigo. Enfrenta la posibilidad de cadena perpetua. Trujillo inició su testimonio diciendo a los miembros del jurado que nació en México, creció en Arizona, fue atacada sexualmente por su primer marido y se divorció. ``Lo que ocurrió cuando nos divorciamos es que él perdió el control y no quería perderme'', dijo Trujillo respecto a su exesposo. El martes, el jurado encontró culpable a Trujillo por homicidio tras responsabilizarla de la muerte de Alf Stefan Andersson, de 59 años. Los fiscales dijeron que la mujer usó el zapato para atacar a Andersson por lo menos 25 veces en el rostro y la cabeza durante una discusión en el departamento de él en Houston ocurrida en junio. El abogado defensor de Trujillo argumentó que la mujer de 45 años se defendía de un ataque violento de Andersson con la única arma que tenía disponible su zapato El miércoles, los fiscales presentaron 19 testigos durante la fase de sentencia del juicio. La mayoría de los testigos detallaron los antecedentes delictivos de Trujillo o experiencias de primera mano en las cuales ella se puso violenta hacia ellos cuando tomaba bebidas alcohólicas. Trujillo fue arrestada en dos ocasiones por manejar en estado de ebriedad, una vez en 2008 y nuevamente en 2010. Un examigo de Trujillo dijo al jurado que en 2009 ella lo derribó golpeándolo con un candelero sin que la hubiera provocado. Pero Trujillo testificó el jueves que utilizó el candelero para defenderse cuando el hombre intentó atacarla sexualmente. Un psicólogo presentado por la defensa testificó que Trujillo había tenido una serie de relaciones violentas o abusivas, incluido Andersson, y que la noche fatal ella estaba actuando en defensa propia. El jurado escuchó además el miércoles a amigos y familiares de Andersson, quienes testificaron que era una buena persona que no vacilaba en ayudar a alguien, y que aún estaban tratando de comprender su muerte violenta.