2018
"La justicia sigue de negro. Abusiva y selectiva. Creo que ya se queda así y acompañará al Gobierno en su descalabro final"
Se hace forzoso un recuento. Lo he hecho conmigo mismo, por lo que no pretendo aburrirlos con mucho de lo que ya saben. Sin embargo, el año que hoy finaliza nos debió haber enseñado a que lo que se anhela cuesta conseguirlo. Igual, a que la confianza no se puede depositar en manos de cualquiera.
Como sociedad estamos enfrentados, no sé en qué porcentajes, pero el final del año presagia más de lo mismo. Por obvias razones, el nuevo año marca el inicio del cambio político, pero también debe servir para emprender un trabajo para cambiar tantas cosas y actitudes que requieren cambios. Independientemente de los pareceres o preferencias, el Gobierno empieza el tramo final de manera dramática y de error en error, sin meditar sus personeros que el final se aproxima. Habrá un presupuesto de casi 24 mil millones, por lo que dinero no debe ser problema, pero la ineptitud sí que lo es. Los medios de comunicación, también divididos por intereses diversos, tratan de disimular unos el desastre y los otros a resaltarlo. En medio, un país que pareciera, aunque no creo que lo esté, acostumbrado e inactivo, como a la espera de un milagro que no llegará.
Las redes sociales no contribuyen y entre el anonimato cobarde y el insulto procaz, poco es lo que hay que leer para aprender algo o para encontrar algo positivo que leer. Me niego a pensar que la mediocridad se ha apoderado de la conciencia generalizada al ver que lo chabacano e intrascendente es lo que produce titulares, aparte de medias verdades que, al final, son mentiras completas. Por suerte leo y cuento con amigos cultos. Pero así se fue el 2017 y ya llover sobre mojado resulta irrelevante.
En medio de todo tuve salud. En abril seré abuelo. En enero se me casa Monique y por allí van las cosas. Los demás, JR y Alex encarrilados en sus vidas y profesiones, mientras Maricel trabaja en sus proyectos con dinamismo, envuelta en la política también a tiempo completo en procura del triunfo y en medio del cariño de todos los copartidarios. Mi madre aún vive, lo que se agradece a la vida. Lo perdido es mi aporte al futuro. Sin embargo, 2018 será en lo personal el año más decisivo de mi vida buscando liderar al partido y ganar las elecciones del 19 para hacer algo que será, no solo compromiso, sino mi más grande aporte: gobernar con integridad, dejando ese legado.
Reconstruir la casi nula institucionalidad será tarea de todos. Por ello, mi insistencia y compromiso en la Constituyente, marco ideal para labrar el futuro de las instituciones, creando nuevas y clausurando las fracasadas. Pero para ello, el 2019 será vital y hacia allá trabajamos.
La justicia sigue de negro. Abusiva y selectiva. Creo que ya se queda así y acompañará al Gobierno en su descalabro final. Pero duele los que purgan penas anticipadas, todos, mientras otros por ser del Gobierno o allegados, ni la confesión de delitos activa a los que investigan y juzgan y que se dicen independientes. Pero confesaron, ya es bastante y buen punto de partida. La venganza no es justicia y trae de vuelta demasiada mala vibra. Si no creen, miren nada más en el lodazal en que se encuentran. Pero hay que avanzar y ese espíritu se impone, espero que en todo el país. Habrá magistradas. Varela no se mete en esto para perder. ¿A qué costo?
Será un año 2018 de altibajos, si mi olfato y experiencia me deja especular algo. Pero será el tránsito obligado y necesario hacia mejores tiempos donde reine prosperidad y paz social, necesarias para avanzar con progreso. Hay que pasar por lo que viene para llegar donde queremos.
Me regocijo de los amigos leales que conservo y atesoro. Los voy a necesitar. A mis copartidarios, también leales, el 21 de enero será el momento de demostrarlo y confío en ustedes. A todos los compatriotas, mi sincero deseo de salud y bienestar. Paciencia, mucha paciencia. Hay un Panamá que no tiene por qué fallar.
Feliz año 2018, de parte de mi familia y yo.
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