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Amor y dedicación detrás de la confección de la enseña tricolor en el IPHE
Un grupo de mujeres y algunos hombres son los encargados de engalanar las instituciones y la presidencia con hermosas banderas. La demanda está en más de cinco mil emblemas.
La bandera panameña engalana casas, instituciones privadas, bancos, lugares históricos, las usan deportistas y muchos de ellas recorren el mundo, sin embargo, te has detenido a pensar quiénes son los personas que le ponen tanto empeño y permiten que el color blanco, rojo y azul, junto a sus dos estrellas ondeen juntas en muchos lugares.
La respuesta es simple, detrás de estas hermosas obras de arte, está un grupo de 16 mujeres y dos varones que de manera silenciosa le ponen todo su empeño para lograr este objetivo. Ellos inician una faena diaria, comenzado a las siete de la mañana y culminando a las seis de la tarde en el Instituto Panameño de Habilitación Especial (IPHE).
Sentada en su máquina de coser, moviendo el hilo y jalando varios pedazos de tela está la señora Nemesia Meléndez, su forma de trabajar impone respeto, pues ella es la jefa encargada del taller de banderas y dirige a varias personas con capacidades especiales que diariamente le dan vida a una bandera, pollerines y listones de distintos tamaños.
Con 44 años trabajando en este lugar, reconoce que esta labor requiere mucha dedicación, esfuerzo y sobre todo gran pasión para hacer que varios retazos de tela se vuelvan en una bandera que representa a toda una nación.
Al consultarle de su forma de trabajar, mira al resto del taller y afirma que están trabajando a todo motor para cumplir con la meta de estas fiestas patrias. "Estamos sacando un pedido a millón de cinco mil banderas. Al ser una época especial debimos cambiar el horario. Normalmente se trabaja hasta las tres de la tarde, sin embargo, no podemos fallarle a las personas", dijo.
Nemesia recuerda que llegó a este lugar recién graduada de una escuela de arte y confección en el año de 1970. Haciendo un poco de memoria, recuerda que en ese entonces hacían peluches, pero por la competencia fuerte que tuvieron, debieron ocuparse de la fabricación de banderas. Desde ese entonces, y por normal legal, esto quedó exclusivamente en manos de los trabajadores del IPHE.
Para lograr tener todos los materiales se realiza un acto público para la compra de tela y otros insumos. La encargada afirma que son unas cinco mil yardas de telas, de los tres colores. Se confeccionan banderas de uso corriente (en 'bordensua') y las de lujo (en satín). Por lo general se hacen en 10 tamaños diferentes y las más utilizadas son las de 40 por 60 pulgadas.
En este lugar hay talleres de costura, ebanistería, piñatas y tapicería, pero el área de costura es el más amplio. Nemesia se comunica con las demás costureras mediante lenguaje de señas, esto lo aprendió desde que entró al IPHE. Muchas de ellas a su manera expresan lo que necesitan para seguir con el siguiente paso en esta cadena de producción.
El flujo de trabajo en este lugar es diario y a pesar que se sube la producción en estos meses, ellas vienen trabajando dese inicio de año en la confección de banderas. En total estiman que anualmente se hacen más de 25 mil emblemas. Pero esto no es todo, también reciben pedidos especial de la campaña contra el cáncer y las banderas de distritos y provincias.
Del otro lado del taller un joven también trabaja a toda máquina usando un martillo, su nombre es Carlos, este joven es el encargado de colocar los ojetes cuando la bandera está lista. Para los que no saben lo que esto, simplemente es el espacio utilizado para poner ya sea un cordel y amarrar la bandera a una asta.
Carlos aprovecha la ocasión para contar que en estos momentos le está dando la mano a sus compañeros para poder cumplir con la demanda. Aunque tiene algo de pena, detrás de cámaras detalla que está encargado de poner los ojetes, doblar las banderas y dejar todo listo para que el cliente final venga a retirar los pedidos.
Este joven afirma que los tamaños más comunes están entre 40x60, 48 x72 y 96x108 pugadas. Los precios también varían, pues pueden ir desde los siete dólares hasta los 100, dependiendo del pedido.
Pero ellos no son los únicos que desean hablar de su labor, en una esquina del taller está la señora Ernestina Córdoba, ella tiene 10 años de trabajar en el IPHE y es graduada en diseño de moda. A pesar de este conocimiento afirma que coser una bandera no es algo fácil, pues al inicio cometía errores y debió aprender poco a poco.
La señora Ernestina detalla que la tela indianhead o bordensua, se utiliza para escuelas y para la presidencia de la república así como instituciones públicas se utiliza la de lujo. Además, menciona que tiene su manera de saber si la bandera fue hecha en el IPHE. Ella detalla que en el área que van los ojetes, utilizan manta sucia, si no la ven con ese material y es blanca no la hicieron ellas.
"Las he visto a nivel mundial. Siempre cuando veo un juego yo busco si está mi bandera ahí. Me siento orgullosa de verla. Penedo y Quintero han llevado la bandera que hemos hecho aquí", detalla.
Antes de salir del taller, otra persona llama la atención de este medio, se trata de la señora Doris Ortíz. Ella cumplen una gran labor y se encarga de marcar y cortar las estrellas que llevan cada bandera.
En una semana de arduo trabajo, está cortando un total de 250 estrellas. "Me siento súper feliz, me gusta lo que hago", detalla con un gran sonrisa en el rostro.
Al final de la jornada todas ellas detallan que están felices del trabajo que hacen y emocionadas por ver este emblema nacional ondear en las fiestas patrias que están a la vuelta de la esquina.