Cae el desempleo, se agrava la crisis laboral
El más reciente informe del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) de la Contraloría General de la República, anuncia la disminución de la Tasa de Desempleo de 11.3% en octubre 2021 a 9.9% a abril 2022, y a su vez aporta valiosa información sobre el paradójico entorno laboral postpandemia en Panamá.
Lo positivo del Informe del INEC
El Informe del INEC destaca dos aspectos positivos. El primero es que más de 100 mil panameños (101,976) han comenzado a generar ingresos. Lo segundo es que 40% de ellos son menores de 30 años. Como referencia, entre el 2009 y 2019 (década durante la cual se realizó la Ampliación del Canal) se generaron un poco menos de 47 mil empleos juveniles (46,691), mientras que entre octubre 2021 y abril se crearon más de 40 mil (40,370), en un entorno postpandemia.
Deterioro de la calidad del empleo
Sin embargo, la mayoría de los empleos que se están generando son informales. Hoy tenemos 60 mil informales más (60,047) que en octubre 2021. De hecho, es lo único en lo que hemos "superado" a los niveles prepandemia. En relación a agosto 2019, la economía tiene 74 mil empleos MENOS, pero hay 22 mil informales MÁS (738 mil vs 716 mil). Adicional a ésto, 360 mil panameños hoy reciben el Vale Digital porque no encuentran trabajo.
El empleo formal privado se sigue contrayendo en relación a los niveles prepandemia. A pesar de los constantes aumentos en la planilla estatal, entre enero y abril 2022 MITRADEL tramitó 78,248 nuevos contratos laborales, cifra 42% inferior a los 134,485 procesados por la entidad para el mismo período del 2019, año en el que se tramitaron 378,495 nuevos contratos, pero sólo se agregaron 52,040 empleos a la economía, todos informales (desde octubre 2021 se añadieron más de 60 mil).
Estas cifras son síntoma de un acelerado proceso de precarización y estatización del empleo, agravado por la pandemia. Cada $1 de salario privado aporta $0.26 a las finanzas del Estado (15% Impuesto sobre la Renta, 9.75% CSS y 1.25% Seguro Educativo). El salario del funcionario también, pero al ser el Estado el empleador, equivale a “sacarse de un bolsillo para metérselo en el otro”. El Informal aporta poco a las finanzas gubernamentales, de hecho, sólo el 17% de ellos cotiza a la CSS.
La precarización laboral no empezó con la pandemia
Entre el 2011 y 2021, la población en edad productiva (más de 15 años) aumentó en 716,619 personas y 395,693 más panameños ingresaron al mercado laboral (incremento de la Población Económicamente Activa - PEA). Pero a pesar de los mayores aumentos de la planilla estatal en la historia. el número de empleos formales (públicos y privados) en la economía se redujo en 45,766 plazas.
En ese lapso, la informalidad aumentó, de 36.9% a 47.6% (hoy la informalidad es 48.2%), y por cada empleo formal privado perdido, se crearon 5 informales. De hecho, ya en el 2019, el porcentaje de empleo informal en la Población Ocupada No Agrícola era 44.9%, es decir, se incrementó en 1 punto porcentual por año desde el 2011.
A abril 2022, la informalidad asciende a 48.2% y el ritmo de precarización laboral se ha acelerado.
La pandemia aceleró el colapso del empleo formal privado
De los 873,750 trabajadores asalariados en el sector privado que había en agosto 2019 (INEC), 364 mil (42%) perdieron sus trabajos y a otros 284 mil (32%) se les suspendieron sus contratos laborales, ocasionando una caída del 40% en los ingresos de la Caja del Seguro Social (2020). En el primer año pandemia, 3 de cada 4 empleos formales del sector privado desaparecieron o fueron suspendidos. 15% de los trabajadores suspendidos no recuperaron sus empleos.
Para contextualizar la magnitud de esta devastación, un informe del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) publicado en enero 2021, reveló que en el 2020, México, con una población de 126 millones y 55.5 millones de empleos, perdió 647,710 empleos formales.
Panamá, con 30 veces menos población y 33 veces menos empleos, perdió más de la mitad de los empleos formales que perdió México.
La crisis laboral no es de empleo, sino de confianza
La creciente precarización y estatización del empleo es síntoma del deterioro en la confianza en el clima para las inversiones privadas en el país. Recuperarla debe ser la primera prioridad. Sin confianza no habrá inversión privada y sin inversión privada no habrá empleos decentes.
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