¡Cierre desde ya!
Rubén Darío Paredes sabe lo que es clausurar de medios. Cuando fue el comandante en jefe de la Guardia Nacional ordenó cerrar “desde ya” todos los periódicos de Panamá. Ahora más pausado y con más de 80 años a cuesta, el General exclama que ese “tipo de errores históricos no deben repetirse jamás” y menos en democracia.
Desde hace más de un año, el mandatario Juan Carlos Varela ha puesto en marcha el aparato militar a su servicio en el Consejo de Seguridad para preparar una investigación que busca desprestigiar al Grupo Epasa, situación que esta semana coronó con una investigación que la exsubjefa de espionaje y hoy Procuradora Kenia Porcell, develó contra un grupo de empresarios a los que trata de vincular a la compra de la editora.
En junio del 2016, Varela afirmó que la Procuraduría adelantaba la investigación; la Porcell lo desmintió, pero tras las publicaciones de El Panamá América y Crítica sobre las vinculaciones del entorno de los Varela y del propio mandatario con el escándalo de Odebrecht; así como los negociados de diputados panameñistas, se dio la orden ejecutiva de investigación.
Primero fue el diputado Jorge Iván Arrocha que denunció que un entramado de sociedades participó en la operación de compra de los diarios a la Familia Arias, que hicieron el mejor negocio de su vida y que por ende –tanto ellos como el Banco General- debieron hacer lo que en materia financiera se conoce como “due diligence”.
Como la denuncia de un diputado panameñista haría más evidente la mano peluda de Varela, el oficialismo se buscó como denunciante a Jaime Abad, un exmiembro del Partido Liberal Auténtico, destituido por la Corte Suprema de Justicia de la dirección de la PTJ y condenado por ocultar una prueba de balística en el caso del soldado Zak Hernández, en el que fue absuelto el hoy secretario general del PRD, Pedro Miguel González
Abad, una figura que anda rumiando en cada cambio de gobierno, le hizo el mandado al varelismo y la investigación en dos meses increíblemente ya tiene 15 tomos armados por el fiscal Marcelino Aguilar, famoso por haber confundido y plasmado en una vista fiscal que el expresidente Ernesto Pérez Balladares tenía depositado $176 millones en Bahamas, cuando en realidad era una cuenta offshore de Banistmo.
El propósito de Varela no creo que sea cerrar los medios, porque local e internacionalmente sería un escándalo. La estrategia es controlar la línea editorial vía una intervención; desprestigiar para asfixiar económicamente a Crítica, El Panamá América y Día a Día; o revertir la operación de venta alegando que los Arias –en el negocio por más de $25 millones- fueron “presionados”.
Los Arias estarían en una encrucijada histórica. Epasa les fue arrebatada por los militares en 1968, recuperaron los medios tras la invasión y ahora –de aceptar el plan de Varela fraguado con su grupo militar- asumirían los diarios en una jugada casi similar a los que sufrieron tras el golpe castrense.
Sobre el tema de Epasa, Varela adopta la misma careta de no saber. Ayer dijo que eso era tema de la justicia y que lo que asegura es que no se pierda ningún puesto de trabajo, tal como ha sucedido con los empleados del Grupo Waked tras su inclusión en la Lista Clinton.
Ya esta semana, el periodista José María Torrijos Legazpi desmintió al Presidente y preguntó si es que no le han dicho la verdad o no sabe de los despidos en las empresas de Abdul Waked y en los diarios El Siglo y La Estrella.
Ebrahim Asvat, expresidente de ese grupo editorial comentó, que al paso de Varela estaremos como en Cuba con el Granma, el diario oficial del Partido Comunista y en Panamá, con La Prensa.
Roberto Eisenmann y Juan Antonio Tejada se le fueron encima a Asvat por su comentario y éste se la mandó de vuelta, destacando que hay gente que cree que la libertad de expresión, solo es para determinado grupo.
Asvat no duda que el propósito es la “asfixia económica” de los medios; te acusan de lavado, te afectan en la pauta publicitaria, no eres sujeto de crédito y eso se extiende a los empleados que a la hora de ir a un banco no podrán hacer una transacción.
El también abogado y exdirector de la Policía, soltó otro misil, recordado que Varela y Martinelli fueron socios en la compra de medios y eso ni se menciona.
La historia también tiene sus cuentos de la cripta sobre la forma cómo se forzó a Carlos Duque a vender un canal de televisión; el de las acciones que tenía el Estado Mayor o la viuda de Torrijos en otra planta televisiva o el del magnate de medios capturado en una operación de narcotráfico en EEUU.
Lo de lavado de dinero que se endilga en la operación de Epasa, es como trasladar esa conducta a los que laboran aquí, pero los trabajadores lo único que lavamos en la ropa y lo que sabemos de tráfico, es el infernal tranque vehicular que enfrentamos cada día. Aquí a nadie se le ha acusado de negociar más de 500 kilos de cocaína en la denominada operación Panamá4.
Así las cosas, hoy día navegan en la incertidumbre 5 diarios de Epasa y del Grupo de Waked que están afectados por Varela y por la OFAC.
Si la idea es atemorizar, se equivoca Varela, porque ese tipo de acciones lo que hacen es radicalizar a los medios, que no les queda más opción para su sobrevivencia.
Y volviendo a Rubén Darío Paredes, calificado en su momento por el jefe del Comando Sur, general Wallace Nutting, como un "faro de paz y estabilidad en Centro américa", relata que la intención de cerrar los medios “desde ya” era preparar el “gargantazo” delpresidente Aristides Royo. Ese cierre fue un error innecesario…como una mancha en mi vida, que de presentarse nuevamente: no lo repetiría jamás, porque es un “paso atrás, un acto retrogrado”. ¿Aceptará Varela el consejo?
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