De vuelta a la brega
Riccardo Francolini ArosemenaMedité mucho el título de este artículo, pero viendo mi situación actual, en que nuevamente soy víctima de lo que en el mundo se ha denominado LAWFARE (guerra o acoso judicial), no puedo más que decirles que vuelvo a la lucha, a una lucha que pienso dar sin cuartel para vencer este ataque judicial que me han inventado con el único fin de detener mi aspiración de servirle al pueblo desde el puesto más importante de este país.
Como fiel creyente en Dios, no creo en casualidades. Todo forma parte de su plan divino, por lo que estoy seguro de que no es casual que, después de la reunión que tuve en mi calidad de presidente de NEXtv con miembros del CEN del PRD, incluido su secretario general, Pedro Miguel González, y al día siguiente de que se anunciase el calendario electoral para las primarias presidenciales de mi partido Cambio Democrático, se haya puesto en movimiento esta cacería procesal que pareciera tener como único fin allanar ciertas candidaturas sacándome de carrera, pues he hecho oposición desde el primer día de este gobierno.
El calendario electoral es claro: este 5 de mayo se inicia la carrera política que concluirá con las elecciones del próximo año y mi aspiración, así como la de la mayoría de los panameños, es que este proceso se lleve a cabo en igualdad de condiciones para todos, en paz y que al final todos reconozcamos a un ganador que tendrá la difícil misión de reconstruir anímica y económicamente un país que ha estado marcado por la venganza, la división, el abuso del poder y el revanchismo político.
Como me han dicho hasta la saciedad, no será una tarea fácil. De eso estamos claros mi familia y yo, pero mi deber como ciudadano creyente que este es un país rico, desgraciadamente de gente pobre, y no hablo solo de lo económico, hablo de muchas personas a las que su pobreza de discurso, de visión, de ejecución, ha hecho de la vida cotidiana una carrera de obstáculos para el panameño humilde que trabaja de sol a sol para llevar el pan a su familia.
Mi misión es hacer de este país la tierra de gente alegre, trabajadora que siempre fue, con igualdad de oportunidades para todos, con crecimiento económico que no se vea solo en papel, sino que se sienta en todos los hogares del país como en el quinquenio de Ricardo Martinelli, un líder que supo equilibrar la fórmula de la prosperidad nacional: mejores ingresos para todos y que quien más gane más tribute, a pesar de que esto le buscó problemas con algunos de los grandes conglomerados del país. Pero, al igual que él, estoy consciente de que el deber de un gobernante es buscar mejores días para la mayoría, no para sus donantes de campaña. Sé que no será fácil, pero por eso estoy de vuelta a la brega.
No tengo la menor duda de que esta nueva arremetida contra mí lleva como propósito hacerme doblegar y forzarme a que no continúe con la meta trazada de incursionar en la política porque saben que en tan poco tiempo recorrido he alcanzado la simpatía, el cariño y respaldo a una aspiración con nuevas ideas para nuestro país y por ver nuevamente el rostro sonriente de un pueblo donde los beneficios llegan, sin quedarse en la cúspide de la pirámide de los amigos del poder. Trabajadores felices por recuperar sus empleos, su salud, una mejor educación para sus hijos y una sociedad segura para todas las familias.
Ya me habían advertido que el LAWFARE volvería si no paraba mis aspiraciones políticas, pues estaban midiendo el crecimiento que estaba teniendo dentro del partido. Sabía que estas amenazas eran en serio y estoy preparado para una lucha desigual. Mi familia está preparada. Así que, por más presión que ejerzan para obligarme a caminar nuevamente por un camino tortuoso, más fuerte me hago porque la fe en Dios fortalece mi espíritu y mi decisión de continuar.
Vengan con todo lo que tengan. No tengo miedo. No voy a claudicar porque soy un convencido de que si hoy luchamos por tener un mejor país, nuestros hijos tendrán un mejor mañana, próspero y con un gran futuro para los hijos de nuestros hijos. Sé que vendrán mejores días para los panameños.