El Papa saluda a jóvenes de Panamá y les sugiere que elijan amar
El Papa Francisco anunció ayer que la celebración diocesana de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) se realizará, a partir del próximo año, en el Domingo de Cristo Rey y no el Domingo de Ramos.
Tras finalizar la misa, el Santo Padre saludó en especial a los jóvenes de Panamá y Portugal, representados por dos delegaciones que realizaron el “significativo gesto del paso de la Cruz y del icono de la Virgen María, Salus Populi Romani, símbolos de las Jornadas Mundiales de la Juventud” y añadió que “es un paso importante en la peregrinación que nos llevará a Lisboa en el año 2023”.
Previamente, en su homilía el Santo Padre invitó a los jóvenes a “realizar los sueños de Dios en este mundo” a través de las obras de misericordia, porque “no estamos hechos para soñar con las vacaciones o el fin de semana”.
“No renunciemos a los sueños grandes. No nos contentemos con lo que es debido. El Señor no quiere que recortemos los horizontes, no nos quiere aparcados al margen de la vida, sino en movimiento hacia metas altas, con alegría y audacia”, destacó.
En esta línea, el Papa explicó que “las obras de misericordia son las obras más bellas de la vida, las obras de misericordia van al centro de nuestros grandes sueños... al final, seremos juzgados sobre las obras de misericordia”, advirtió.
Queridos jóvenes...no estamos hechos para soñar con las vacaciones o el fin de semana, sino para realizar los sueños de Dios en este mundo, dijo Francisco.
En su sermón, Francisco sostuvo que la vida es el tiempo de las decisiones firmes, fundamentales, eternas. Elecciones banales conducen a una vida banal, elecciones grandes hacen grande la vida...nosotros nos convertimos en lo que elegimos, para bien y para mal. Si elegimos robar nos volvemos ladrones, si elegimos pensar en nosotros mismos nos volvemos egoístas, si elegimos odiar nos volvemos furibundos, si elegimos pasar horas delante del móvil nos volvemos dependientes. Pero si optamos por Dios nos volvemos cada día más amados y si elegimos amar nos volvemos felices.
El Papa alegó que la vida ya está llena de decisiones que tomamos mirando nuestro beneficio, para tener un título de estudios, amigos, una casa, para satisfacer los propios pasatiempos e intereses. Pero corremos el riesgo de que pasen los años pensando en nosotros mismos sin comenzar a amar.
También sostuvo que hay muchos más obstáculos, todos los días. Está la fiebre del consumo, que narcotiza el corazón con cosas superfluas; la obsesión por la diversión, que parece el único modo para evadir los problemas, y en cambio solo pospone los problemas...también está la gran ilusión sobre el amor, que parece algo que hay que vivir a fuerza de emociones, cuando amar es sobre todo: don, elección y sacrificio.
Para concluir Francisco brindó un último consejo: Si nos miramos dentro, vemos que a menudo nacen en nosotros dos preguntas distintas : ¿Qué me apetece hacer? Es una pregunta que con frecuencia engaña, porque insinúa que lo importante es pensar en uno mismo y seguir todos los deseos e impulsos que uno tiene. Sin embargo, la pregunta que el Espíritu Santo sugiere al corazón es otra: no ¿qué me apetece hacer?, sino ¿qué te hace bien? Aquí está la elección de cada día: ¿Qué quiero hacer o qué me hace bien? De esta búsqueda interior pueden nacer elecciones banales o elecciones de vida. Depende de nosotros. Miremos a Jesús, pidámosle la valentía de elegir lo que nos hace bien, para seguir sus huellas en el camino del amor, y encontrar la alegría.
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