La capital de la juventud católica
Panamá se convirtió desde ayer en una gran “casa de oración” y “capital de la juventud del mundo”, expresó el arzobispo José Domingo Ulloa en la misa de apertura de la Jornada Mundial de la Juventud, oficiada en el Campo Santo María La Antigua, levantado sobre la hermosa Cinta Costera.
Unos 75 mil jóvenes de Panamá y de 140 países se congregaron en la misa portando las banderas distintivas de sus naciones. Ulloa exhortó a los chicos a ejecutar una “revolución de amor” bajo el cálido calor humano y el verano panameño que crean las condiciones propicias para compartir sueños, esperanzas y proyectos.
“La palabra de Dios resonará en todos los momentos y por todas las esquinas de Panamá”, expresó el monseñor, reiterando la bienvenida a la juventud y los instó a seguir las instrucciones del papa Francisco: sigan armando lío y sigan poniendo nerviosos a cada uno de nosotros los adultos.
Ulloa manifestó a los jóvenes que este encuentro con Jesucristo debe llevarlos a la confrontación consigo mismos y con el adoctrinamiento del sistema de antivalores que impera sustentado en la búsqueda de una falsa felicidad, tan fugaz que lleva a experimentar desesperadamente con tantas cosas que dañan la mente y el espíritu, y que al final no logra llenar el vacío existencial.
En un mea culpa, el arzobispo de Panamá reconoció que quizás como Iglesia no hemos podido transmitirles esto con la claridad suficiente, porque los adultos pensamos que los jóvenes no quieren escuchar, que son sordos y están vacíos, pero la realidad es que hace falta orientación, acompañamiento y que los escuchen.
Ulloa destacó que los jóvenes no se dejan impresionar fácilmente, no funcionan las frases hechas, los discursos teatrales o los “slogans” diseñados para afiebrar emociones.
Sabemos que al igual que en los tiempos de Jesús, ustedes buscan testigos, referentes llenos de contenido y experiencia; con un camino recorrido a pie, adultos con kilometraje, y no un Dios aprendido e intelectualizado; ustedes buscan de quien les muestre con su vida a Dios, y no quien les hable de Él, resaltó el prelado.
El guía de los católicos panameños exhortó a los jóvenes a tener el coraje de ser santos en el mundo de hoy, pero con eso no renuncian a su juventud o su alegría.
Para la JMJ se inscribieron más de 100 mil peregrinos de 156 países; 480 obispos están inscritos y hasta la fecha ha llegado el 48% a Panamá.
Horas antes, en el parque de la juventud, en el Parque Omar, fue punto de encuentro de cientos de peregrinos de la JMJ, que aprovecharon para orar, conversar entre amigos de otros países, confesarse y vivir en paz espiritual.
Hay un Parque del Perdón, donde se han dispuesto más de 200 confesionarios, que estarán habilitados con sacerdotes que dominan el inglés, español, portugués, francés, italiano y polaco.
Carlotta Marani, peregrina de Italia, destacó que desde su llegada a Panamá ha sido muy bien recibida y que con esa espiritualidad con la que ellos llegaron, espera que los demás también participen.
La ciudad de Panamá amaneció preparada para recibir hoy al papa Francisco. Se han colocado barreras protectoras que permitirán a las personas observar la caravana que encabezará Francisco durante su recorrido de unos 50 kilómetros entre el aeropuerto de Tocumen y la Nunciatura, en Clayton.
En Panamá el pontífice estará cara a cara con las dificultades de la juventud latinoamericana, que se enfrenta a las migraciones forzadas; a la violencia, ecología, situación de los indígenas y las redes de los traficantes de droga, temas que serán abordados en sus discursos.
El director interino de la oficina de prensa del Vaticano, Alessandro Gisotti resaltó que el viaje "tendrá dos momentos especiales: la visita a la cárcel de Pacora, donde mostrará cómo la misericordia vence al mal, y donde el pontífice llevará consolación y esperanza, allí donde hay dolor y sufrimiento".
"El otro momento será cuando el domingo visite el Hogar del Buen Samaritano, donde se encontrará con jóvenes afectados por el virus del VIH, esto demuestra la voluntad del papa de estar cerca a las periferias existenciales".
La agenda oficial comenzará mañana jueves con la visita de cortesía al presidente Juan Carlos Varela, en el llamado Palacio de las Garzas. Luego se dirigirá al palacio Bolívar, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, donde pronunciará su primer discurso a las autoridades, el cuerpo diplomático y representantes de la sociedad civil.
Después el pontífice se trasladará a pie hasta la cercana Iglesia de San Francisco de Asís, donde se reunirá con los obispos de los siete países de América Central, unos 80 prelados, incluidos varios eméritos.
Por la tarde se celebrará el primer acto de la JMJ, la ceremonia de bienvenida en el "Campo Santa María La Antigua".
El viernes será el día de "dolor", con la visita del papa al centro de cumplimiento de menores en la localidad de Las Garzas de Pacora, para presidir una liturgia penitencial con 144 jóvenes privados de libertad.
Por primera vez, el papa realizará la liturgia penitencial en una cárcel y confesará a algunos de los menores reclusos, entre ellos a uno que cometió doble homicidio a los 16 años, y escuchará algunos testimonios.
Por la tarde, se celebrará el tradicional viacrucis, con la cruz que confió a los jóvenes Juan Pablo II y durante más de 30 años desde el nacimiento de la JMJ recorre el mundo.
El tercer día del pontífice argentino en la ciudad de Panamá tendrá tres eventos: la misa con la dedicación del altar de la basílica de Santa María La Antigua, el almuerzo con 10 jóvenes en representación de los cinco continentes y de Panamá en el Seminario Mayor de San José, y la vigilia con jóvenes en el Campo San Juan Pablo II.
En el área del Campo San Juan Pablo II se celebrará la vigilia donde Francisco escuchará los testimonios de una madre, de un joven exdrogadicto y de un palestino.
El último día comenzará con la misa con la que concluirá la JMJ a las 08.00 a.m. y en la que está previsto que acudan los mandatarios, además de Panamá, de Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica y Colombia.
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