¡La casación que ocultó la Procuradora!
La procuradora Kenia Porcell, incurrió en faltas graves al no declararse impedida en un caso donde los procesados eran antiguos clientes suyos, y donde, además, ocultó este vínculo a la Corte Suprema de Justicia, demostrando no solo deslealtad hacia el sistema, sino también confirmando su selectividad en la justicia.
Eso lo explicó el abogado Alfredo Vallarino, quien confirmó que procederá penalmente contra la procuradora Porcell por este tema.
Fue en un caso que data del año 2011 cuando Porcell, ejerciendo como abogada, presentó un extenso recurso de casación ante la Sala Primera de lo Civil, en contra de una sentencia del Tribunal Superior de Chiriquí, donde pedía a la Corte que “no sea casada la sentencia”.
El recurso sustentado en aquel entonces tenía una extensión de 17 páginas, y concluía con la firma de Kenia Porcell (ilustración).
Hasta allí no hay ninguna situación anómala. Las irregularidades surgirían años después, cuando la Corte le pide a Porcell -siendo ya Procuradora General de la Nación- una opinión sobre un recurso presentado en un caso, pero de la esfera penal, donde los procesados son justamente sus antiguos clientes y que habían sido condenados a 30 meses por falsear un junta directiva de una sociedad que permitió la venta de valiosas propiedades en Chiriquí.
Los clientes de Porcell apelaron la sentencia inicial del Juzgado 3ro. de Chiriquí ante el Tribunal Superior de esa provincia que revocó la condena, pero los abogados de los querellantes interpusieron el recurso de Casación en la Sala Penal de la Corte.
Por norma, en todos los procesos de casación los procuradores siempre deben emitir opinión.
”Lo lógico era que Porcell se declarara impedida porque se trataba de un caso con los mismos antiguos clientes suyos, pero no lo hizo, actuando de forma desleal hacia la Corte”, afirma el abogado Alfredo Vallarino.
De allí en adelante, el jurista advierte al menos cinco “asuntos raros” que cometió Kenia Porcell.
Los dos primeros: no se declaró impedida; y no avisó a la Corte Suprema que eran sus clientes.
Adicional, pidió “que no casen la sentencia”, cuando su propio fiscal: Roberto De Arco estaba pidiendo casar. Es decir, se aventuró a irse en contra de lo peticionado por el propio fiscal del MP.
La Sala Penal, en pleno, encontró que sí había delito, y el propio fiscal también señaló el delito. Obviamente, los clientes de Kenia Porcell fueran condenados.
Pero todavía hay espacio para una última irregularidad: “En este jueguito se perdió una propiedad millonaria y aún el MP no ha hecho que se le devuelva la titularidad a los dueños”, reveló Vallarino.
“¿Hay o no justicia selectiva?, ¿La procuradora explicará por qué actuó así en este caso?”, son algunos de los cuestionamientos que deja en el aire Vallarino, aunque también se le puede agregar otro: ¿El procurador de la administración investigará a Kenia Porcell tras la denuncia?
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