Las recetas de Frank Ábrego en materia de seguridad
El exjefe del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), Frank Ábrego, respondió un cuestionario que le remitió Crítica sobre el tema de la seguridad en Panamá:
¿Qué se debe hacer frente al creciente éxodo de inmigrantes vía Panamá y la advertencia de EE.UU. de sancionar a los países que la faciliten?
Solo hay que cumplir las normas jurídicas establecidas. Las leyes ya están, sin embargo, se requiere la implementación de nuevos mecanismos de identificación, ya sea a través de la vía facial u otros medios tecnológicos de última generación, que puedan permitir a los estamentos de seguridad establecer los controles reales basados en información precisa y veraz, y poder determinar la ubicación exacta de un migrante. Además de continuar reforzando las fronteras para reducir al máximo el ingreso de ilegales.
Hay que garantizar a los panameños que nuestro país es receptor de migrantes legales a nivel local y somos país de tránsito.
Se deben implementar los albergues temporales bien controlados y que cumplan con las normas internacionales de derechos humanos. Aquellos que por una u otra razón no cumplen con las normas internacionales y mucho menos las locales, que sean devueltos a los países de origen sin tanta burocracia.
Panamá firmó el pacto migratorio de la ONU. ¿Eso no es un incentivo a la inmigración?
Panamá es signatario de todos los tratados de derechos humanos internacionales existentes en Latinoamérica y el mundo, por ende, como país democrático y miembro de la ONU y de la OEA hay que cumplir con estas normas.
Unas de las normas internacionales de las cuales somos signatarios son precisamente las referentes a la dignidad humana y el bienestar de los migrantes, la lucha contra la esclavitud, la trata de blancas, que son flagelos que deterioran día a día nuestra sociedad.
Considero que una buena aplicación, supervisión y secuencia de estas normas versus las normas nuestras que rigen la parte migratoria no tienen por qué considerarse incentivo a la inmigración.
Hay que descartar posibles aprobaciones de ingreso amañadas, pero además la supervisión de los mandos medios intermedios y superiores, es sumamente importante para estos fines.
Se están dando muchos suicidios de policías. ¿Esto refleja problemas de salud mental , deficiencias en reclutamiento o problemas en el mando que no detecta los problemas de la tropa?
La cúpula, los líderes deben de poseer un control a través de sus mandos intermedios sobre estas unidades, sus conductas y sus falencias, dado que estos les podrán brindar las herramientas necesarias para actuar oportunamente sobre este tipo de incidencias.
Hay que atender, sobremanera, la integración de la familia de las unidades en los nuevos cuadros de los proyectos sociales que conducen los estamentos de seguridad, lo que ayudaría enormemente en superar estas vicisitudes por las que atraviesan los estamentos de seguridad.
¿Cuáles son las futuras amenazas para Panamá en materia de seguridad?
Definitivamente que las Organizaciones Criminales Transnacionales y sus efectos directos sobre la sociedad: narcotráfico, tráfico de seres humanos, de armas y contrabando en general.
¿Por qué? Es la amenaza a combatir en el futuro tal como es en el presente, esto dado que esta amenaza permea actividades menores como la venta local o al menudeo de drogas, los hurtos, los robos a mano armada, que son los que en definitiva patrocinan económicamente la actividad macro.
El narcotráfico -por ende- paralelamente trae consigo los homicidios y los secuestros, las extorsiones y otros tipos de actividades delictivas que son consecuentes con este flagelo que cada día absorbe y destruye la sociedad actual.
Hay quienes alegan que las Fuerzas de Defensa con menos presupuesto y menos tecnología eran más eficientes que los cuerpos de seguridad actuales.
Definitivamente que la percepción ciudadana de aquellas personas que vivieron esa época, les hace sentir de que existía una mayor seguridad en esa época que la actual.
En aquella época no existía el Estado de derecho que existe ahora, y pocos se atrevían a infringir la ley, ni mucho menos se podría actuar sobre las acciones policiales como se hace ahora. La certeza del castigo era muy, muy evidente, además que la población en aquella época era mucho menor, tal vez un 30% versus los efectivos policiales de esa época.
Claro que no se tenía la tecnología actual por lógica, esto indica que estamos en un mundo globalizado, sin embargo, y que no es menos cierto, de que los avances tecnológicos obligan a las nuevas instituciones de seguridad a brindar un mejor servicio y obtener mejores resultados.
Además, hay una realidad de peso: la familia, la escuela, la iglesia, jugaban roles fundamentales en los niños y jóvenes.
¿Qué haría usted para fortalecer la seguridad?
La motivación de los miembros de las instituciones de seguridad. Garantizando un individuo motivado con los equipos y recursos necesarios para combatir las actividades delictivas y, por supuesto, un equipo interdisciplinario, entre ellos el legal, que respalde cada acción de las unidades en el cumplimiento del servicio.
Impulsaría la reestructuración de las instituciones de seguridad. Establecería la sana competencia dentro de las instituciones de seguridad, lo que permite identificar, seleccionar y elegir los mejores cuadros para los cargos directivos y de liderazgo.
El narcotráfico sería el blanco prioritario en la Parte Operacional, pero además desarrollaría programas para integrar la familia de los efectivos policiales a las actividades sociales de las instituciones de seguridad.
No dormir. “El que tiene enemigos no duerme”.
Hay resquemor y rechazo creciente de la sociedad a jubilaciones excesivas de los altos mandos. 100% con último salario vs. 60% el resto de los mortales y hasta tope de $2,500.
Usted lo acaba de resaltar: “Los Mortales”. Los policías no somos una casta, somos humildes panameños al servicio de la nación, que por ley de la República, servimos consecutivamente 30 años, sin fiestas de fin de año, sin Carnavales, sin fiestas patrias, sin cumpleaños de nuestros hijos, sin graduaciones de ellos, y un sinnúmero de momentos que los panameños mortales que usted refiere tienen, pues el policía NO; mientras descansan, los policías velan porque su descanso sea seguro.
Definitivamente se observa salarios jugosos al término de 30 años, aquel que todo profesional aspira al iniciar una carrera; sin embargo, como los médicos, los educadores, los ingenieros, incluso los miembros de la construcción y todos los profesionales aspiran a una mejor calidad de vida, así lo hacemos nosotros durante esos 30 años que servimos a la patria, pero con un elemento muy importante y cotidiano para todos los que conforman la Fuerza Pública, que es “que todos los días, estando de servicio y aun estando de franquicia, nuestras vidas están en riesgo”.
Siento que el resquemor y rechazo lo impulsan a través de las redes sociales y algunos medios de comunicación, sectores que tratan de debilitar la relación entre la comunidad y las instituciones de seguridad, puesto que sienten sus intereses en riesgo.
Hay ya rechazo de uniformados cumpliendo labores administrativas propias de civiles y fuera de los cuarteles.
Cierto, durante estos últimos años se ha observado el empleo de cuadros policiales dentro de estamentos que tradicionalmente eran conducidos por personal civil, esto generalmente se da en instituciones que tienen mucha afinidad con la parte de seguridad tanto nacional, territorial y pública, y considerando que estos cuadros policiales comprenden o entienden más profundamente este tema, pienso que ha sido la razón de su asignación en estas tareas, entre otras, y su participación ha sido exitosa (migración y aduanas).
¿Cómo se explica que con el exceso de comisionados hay oficiales que acumulan hasta 12 años de vacaciones? Eso revela mal manejo de personal.
Porque durante su desarrollo profesional el oficial cumple diferentes roles, lo que implica que en muchas ocasiones se tenga que sacrificar su tiempo libre por la necesidad del servicio, dependiendo de la razón de su misión. Esto se ha dado en todos los rangos y niveles dentro de la Fuerza Pública.
Cada día la población crece, nacen nuevas barriadas y las ciudades se expanden, esto va de la mano con las dificultades y por supuesto con la delincuencia, y le corresponde a la Fuerza Pública darle respuesta a la ciudadanía que exige “seguridad”, pero resulta ser que no son suficientes las unidades que ingresan a los estamentos de seguridad, situación que obliga a exigirles a las unidades a dar esa milla adicional, sacrificando su tiempo de vacaciones.
Como ejemplo debo citar que en nuestro país se celebran una serie de actividades como lo son: Carnavales, Semana Santa, Navidad, Año Nuevo y otras que muchas veces no están contempladas como lo vimos con la JMJ que obligan a la Fuerza Pública a suspender las vacaciones para contar con la mayoría de pie de fuerza en las calles; lo cual siempre ha sido un método utilizado por todas las direcciones de la Policía Nacional a través de los años para reforzar el servicio.
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