Llamada de alerta por la selva del Darién
La crisis climática tocó al sistema de humedal Matusagaratí, ubicado en las planicies de los ríos Tuira y Balsas de la provincia de Darién, en Panamá.
La migración irregular está pasando su factura. Hoy se encuentran comprometidos bosques inundables de varios tipos, herbazales salpicados por islas de árboles grandiosos y lagunitas de tamaño variable donde flotan plantas acuáticas.
La selva del Darién vive de sí misma protegida por sus habitantes, las etnias Emberá y los Wounaan o Waunana, ubicadas en pequeños caseríos con una población que está entre 1.200 hasta a unos 25.000.
Estos hombres y mujeres tratan de salvar su tierra con los conocimientos ancestrales recopilados desde siglos; sin embargo, sus dioses que se esconden entre los frondosos árboles, las intensas lluvias y el calor agobiante nunca imaginaron que su gran enemigo son los migrantes irregulares que dejan a sus pasos sus muertos, sus desechos de plásticos, sus enfermedades y sus pertrechos para aliviar la carga.
Los migrantes han contaminado los ríos que alimentan el humedal Matusagaratí
Esta trocha que siguen los migrantes está causando graves estragos a la vida de las comunidades indígenas, tanto de Panamá como de Colombia. Su búsqueda de la libertad nos está costando caro.
Los chamanes y líderes espirituales, sus cuidadores, aún no logran situar las plantas medicinales para preparar los brebajes adecuados para salvar la vida de sus habitantes, han sido expuestos a nuevos padecimientos con síntomas desconocidos. Otra crisis humanitaria, la posible desaparición de culturas indígenas ancestrales.
El presidente de la República de Panamá, José Raúl Mulino, en su discurso de apertura de su gobierno al referirse a la migración irregular aseguró que “la magnitud del problema y la dimensión de la crisis humanitaria y ambiental que recae sobre nuestro país… estremecen” y “los delincuentes internacionales usan esta región como su base de operaciones…. Ese dinero producto de lucrar de la desdicha humana, es un dinero maldito. Apelaré a la solidaridad internacional respecto de la causa que genera el problema, y buscaré soluciones con los países involucrados, sobre todo con los Estados Unidos, que es el destino final de los inmigrantes”.
Pocas horas después de asumir la presidencia, los gobiernos de Panamá y Estados Unidos firmaron el memorando de entendimiento sobre migración en el que se destinarán 6 millones de dólares para financiar el apoyo para vuelos de deportación y cubrir el gasto de repatriación de los migrantes que llegan a Panamá para cruzar la selva del Darién, y evitar con esto que sigan su camino a la tierra prometida.
Para Estados Unidos, “la migración irregular es un desafío regional que requiere de una respuesta regional” y la estrategia del referido acuerdo es disuadir a los migrantes irregulares y “reducir conjuntamente el número de migrantes que son contrabandeados cruelmente a través del Darién, por lo general en su camino hacia Estados Unidos”, dijo la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Adrienne Watson, en un comunicado.
Y las étnias Emberá y los Wounaan o Waunana solo dicen "Buturu kidibai” - Gracias a la persona por ser ella, por el hecho de existir o seguir existiendo y por salvar junto a ellos a su selva, el Tapón del Darién.