"Miren donde va... Volando se ha ido, aquel viejo amigo" (Videos)
En medio de las palabras, las notas de la canción "La Cuna Blanca" Raphy Leavit se escucharon y las lágrimas resbalaron por los rostros de algunos presentes...
¡Duele y el dolor se manifiesta en carne propia! Allá en Veranillo La 18, en el cuadro de fútbol, decenas de familiares, amigos y conocidos, se despidieron de Manuel Rodriguez, "Gallo", uno de los colaboradores más queridos de Editora Panamá América (Epasa).
No era un artista ni alguien famoso, fue mucho más que eso. Era el compañero, amigo, esposo, abuelo y padre, que con su sencillez y humildad, se ganó el respeto de quienes lo conocieron.
Seis hombre trasladaron el féretro al cuadro en el que muchas veces "Manuel Antonio", jugó y entrenó..
Bajo la sombra de una carpa, se instaló el ataúd, en el que muy cerca se podía observar una pintura de Manuel, con su uniforme de equipo, un par de maracas y banderas de Panamá, mostrando lo que fueron sus grandes ´pasiones: el fútbol, la música y su país.
La pintura es el homenaje de sus compañeros de los equipos de fútbol "Altos del Cristo" y de la liga "Todos Vuelven" donde era técnico.
"Nos duele ver la separación, pero hay esperanza"... Duerme en el sueño de la muerte, Dios le dio el tiempo para que él tuviera en este mundo...", dijo el pastor al iniciar la ceremonia religiosa.
"Manuel Antonio" fue una persona que todo el mundo conoció, lo que demuestra lo que era como persona", dijo el pastor.
Sus palabras sacaron lágrimas entre los presentes, que recordaban la particular forma de ser de "Gallo".
"No hay una persona que no haya botado una lágrima" al recordar a "Gallo", Sincero, humilde, esposo, hermano, amigo", señaló.
La familia agradeció a los presentes, a través de una oración, en el que se aceptó la voluntad de Dios y su obra.
Sus compañeros de juegos, sus conocidos y también los colaboradores de Epasa expresaron sus pesares por la partida de "Gallo".
En medio de las palabras, las notas de la canción "La Cuna Blanca" de Raphy Leavit, favorita de Gallo, se escucharon y las lágrimas resbalaron por los rostros de algunos presentes...
Miren donde va
volando se ha ido
aquel viejo amigo
a la virgen fue a adorar.
Mi mente no captaba
el por que de esa visión
aquella cunita blanca
que mis sueños quebrantó.
Ahora mi ojos lloran
se entristece mi canción
se encuentran doce potencias,
ay!, reunidas en oración.
Que nadie grite
que nadie llore de sentimiento,
si aquel amigo solo se ha ido
al descanso eterno.
Nadie se atreva a llorar,
dejen que ria en silencio.
Si te ofendí cuando
te gritaba en aquellos sueños
por Dios te juro que no sabía
que habías muerto.
Te has marchado
tu trompeta queda en silencio
permite hermano que yo te cante
esto tristes versos.
Tras las palabras de amistad y cariño, el féretro fue trasladado al cementerio de Juan Díaz, su última morada.