Muere un Monstruo
Pete Rose, líder de imparables de las Grandes Ligas y un ídolo caído en desgracia por apostar en el deporte que amó, falleció ayer a los 83 años.
A pesar de su récord de 4,256 hits, elegido en 17 ocasiones al Juego de Estrellas, ganador tres veces la Serie Mundial, MVP en 1973 y 1975, récord de juegos disputados (3,562) y apariciones al plato (15,890) y una racha de 44 hits, no pudo ingresar al Salón de la Fama por el escándalo de las apuestas.
Para los aficionados que crecieron en la década de los 60 y 70 no hubo un pelotero más emocionante con el número 14 de los Rojos de Cincinnati, la superestrella de cabello desgreñado, nariz redonda y brazos musculosos.
Ayer también falleció el gigante de la NBA, el pívot africano Dikembe Mutombo, a los 58 años, víctima de un cáncer cerebral.
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