Nada se parece tanto a la vida como el ajedrez (Parte V y final)
El ajedrez entre tanto que ya nos ha enseñado, también nos ayuda a entender la perfecta relación que hay entre la sabiduría, el conocimiento, la inteligencia y la disciplina. Estos cuatro factores juntos dan como resultado el éxito rotundo. Pero para interpretar dichas enseñanzas necesitamos comprender el juego como tal. Déjame explicarte la función de cada pieza, para que podamos extraer valiosas enseñanzas y aplicarlas en nuestras vidas.
Los peones son como simples soldaditos de poco valor, que avanzan lentamente pero que son tan valientes que nunca retroceden, unidos son fuertes, separados son débiles y cuando logran llegar a su meta, la última fila, entonces pueden convertirse en lo que desean. Los caballos son piezas únicas porque tienen la habilidad de saltar sobre las otras piezas, con un movimiento versátil en forma de L que ni siquiera la pieza más poderosa ( La dama) puede realizar; usan está habilidad para penetrar el terreno rival, penetrando por huecos y de manera muy sublime poder escapar. Los alfiles son poderosos guerreros que atacan en diagonal desde largo, como si lanzaron dardos venenosos a sus rivales, son muy ágiles, sobre todo en las posiciones abiertas y cuando trabajan juntos, ambos alfiles, suelen ser como dos cuchillas cortantes que cortan el tablero en dos.
Las torres son como tanques destructores que arrasan con todo a su paso, atacan sólo en línea recta pero controlan muchas casillas en su radar, su poder es tan acentuado que una sola torre es capaz de dar mate al rey rival, y cuando dos torres se juntan en una misma ruta, nada las puede vencer ni separar.La dama es la pieza más poderosa del ajedrez, la más sutil, la más cruel y la más hermosa, tiene el poder de una torre y un alfil juntos, suele aprovechar al máximo su ventaja en cualquier posición, no perdona nunca a un rival, es muy fiel a su rey defendiéndole hasta el final, e incluso llega a sacrificarse para ganar las partidas más bellas.
Y el Rey... No es la pieza más fuerte pero sí la más importante y elegante. El rey es un líder que dirige a su ejército, pero que se cuida siempre consciente de su importancia, entendiendo cuál es su función y su objetivo, saliendo al último a la batalla en el final como lo hace un buen capitán. Normalmente suele encarar a su adversario oponiéndose a la voluntad de este, apoyando el avance de sus tropas, para quedarse con la victoria; luego posa muy firme, soberbio y triunfal en el centro del tablero saboreando la miel del triunfo. Pero ahora es tu turno querido lector, analiza e interpreta bien lo que cada pieza nos enseña y aplícala a tu vida, porque recuerda que nada, nada se parece tanto a la vida como el ajedrez...
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