Obama: No estoy atrapado en ideologías
Las gracias al presidente Varela y al Gobierno panameño por su liderazgo en recibir esta VII Cumbre de las Américas.
Sr. presidente, a usted y al pueblo de la ciudad de Panamá y a todo el pueblo panameño, muchísimas gracias por su hospitalidad extraordinaria y por los arreglos que han hecho para recibirnos.
Me gustaría expresar mis pensamientos y transmitir también mis plegarias al pueblo de Chile, porque está pasando un momento muy difícil y espero hablar con la presidenta Bachelet en una cumbre próxima.
Cuando llegué a mi primera cumbre hace 6 años, yo prometí que iniciaría un nuevo capítulo de participación y de compromiso en esta región. Opinaba que nuestras naciones tenían que olvidarse de los viejos argumentos y los viejos resentimientos que demasiado a menudo nos atrapaban en el pasado, que teníamos una responsabilidad compartida de mirar hacia el futuro y de pensar y lograr de maneras actualizadas... yo me comprometí a construir una nueva era de cooperación de nuestros países aliados en pie de igualdad en base a intereses y respeto mutuo.
También declaré que este nuevo enfoque sería sostenido a lo largo de mi presidencia y en efecto ha sido así, incluyendo este último año, y he cumplido con ese compromiso. Nos reunimos aquí en este momento histórico; como se notó, los cambios que anuncié en cuanto a la política estadounidense hacia Cuba marcan un nuevo inicio en la relación entre el pueblo de Estados Unidos y Cuba.
Esto significa cómo lo estamos viendo, que más norteamericanos puedan viajar a Cuba, que habrá más intercambios culturales, que habrá más comercio y potencialmente más inversión, y significará que habrá más oportunidades de recursos para el pueblo cubano.
Esperamos poder ayudar también con respecto a proyectos humanitarios con mayor acceso a telecomunicaciones, internet y reflujo de información. Nosotros seguimos adelante y a comprometernos en lo que queremos, establecer relaciones diplomáticas, y le pediré al Congreso que empiece a trabajar el embargo que está vigente durante épocas.
El punto es que los Estados Unidos no será prisionero del pasado, más miramos hacia el futuro en las políticas que mejorarán las vidas del pueblo cubano. Y podrán promover los intereses de ambas cooperaciones en este hemisferio.
Este cambio de la política estadounidense representa un punto de inflexión para toda la región.
Que Castro y yo estemos sentados aquí es un momento histórico para toda la región y es la primera vez en más de medio siglo que todas las naciones de Latinoamérica están juntas y hablando de nuestro futuro conjuntamente, tampoco es secreto que el presidente Castro, y estará de acuerdo, que tenemos diferencias significativas entre nuestros dos países.
Nosotros seguiremos hablando en nombre de los valores universales que a nuestro entender son importantes, y estoy seguro de que el presidente Castro seguirá hablando de los temas que para él revisten importancia, pero también creo firmemente que si seguimos avanzado y aprovechamos ese impulso buscando nuestros intereses comunes en las relaciones mejores entre EE.UU. y Cuba, creará nuevas oportunidades para las cooperaciones a lo largo de la región, para la seguridad, prosperidad, salud de todos nuestros pueblos.
Y junto con este cambio de relación con Cuba, los EE.UU. ha profundizado su compromiso en las Américas de manera generalizada. Desde que asumí la presidencia hemos promovido las exportaciones de los EE.UU. y esto ha fomentado trabajo y empleo en nuestro continente, también he propuesto $1,000 millones para ayudar a los pueblos de Centroamérica, para favorecer un buen gobierno, mejorar la seguridad y fomentar el crecimiento económico. Nosotros queremos ayudar a los jóvenes que no ven perspectivas en economías subterráneas que llevan a la violencia. Estamos estableciendo alianza con los países para poder crear energía nueva renovable y asequible para poder enfrentarnos al cambio climático como hablaba la presidenta Rousseff.
Tenemos una iniciativa llamada de los 100 mil de las Américas, es una iniciativa que promoverá que vengan 100 mil estudiantes de América Latina a estudiar a EE.UU. y 100 mil estadounidenses vendrían a Latinoamérica. Aquellas nuevas iniciativas que anuncie en Jamaica podrán empoderar a nuevas generaciones de jóvenes en las Américas con la formación y capacitación necesaria para competir en una nueva economía global.
En mis reuniones con Caricom, al igual que las discusiones que he tenido con ustedes unilateralmente, hay ideas adicionales que nos interesan para poder de tal manera mejorar, ensanchar el acceso a internet y tener relaciones público-privadas para expandir nuestros vínculos comerciales con una base más amplia e inclusiva, porque creo sinceramente que todos tendremos éxitos si todos se benefician económicamente y no solamente pocas personas que están arriba.
En casa he tomado decretos ejecutivos para tratar de arreglar nuestro sistema inmigratorio fallido, para tratar de ayudar a la gente a que salga a la luz del día y puedan vivir y trabajar en el país que llaman su hogar, incluyendo a cientos de miles de personas que llamamos soñadores, que han recibido un alivio temporario, y seguiré comprometido trabajando con el Congreso con respeto a la reforma inmigratoria.
El punto final es que los EE.UU. mira hacia el futuro, nosotros no queremos estar atrapados en la ideología, por lo menos yo no lo estoy, me interesan los resultados, no me interesan las argumentaciones teóricas, me interesa el poder proporcionar efectos tangibles para las personas, nos hemos comprometido más que nunca respecto a décadas pasadas en esta región. Los que me conocen saben que si ustedes me presentan un problema yo haré lo mejor para intentar enfrentarlo, resolverlo, no podría arreglarlo de inmediato, pero haré lo posible.
También opino que las relaciones entre los EE.UU. y las Américas son mejores de lo que han sido en muchas décadas; estoy aquí para colaborar con ustedes y seguir edificando sobre este progreso.
Quiero hablar de algunas áreas en las que creo que podemos adelantar aun más, ante todo, nosotros vamos a seguir defendiendo la Carta Interamericana Democrática, que asevera que los pueblos de las Américas tienen derecho a la democracia, creo firmemente que nuestros Gobiernos juntos tienen la obligación de respetar las libertades universales y los derechos de nuestros ciudadanos.
Una vez más quiero felicitar al presidente Varela y a Panamá por haber incluido a los grupos de la sociedad civil en esta cumbre como aliados formales. Creo que las voces de los ciudadanos deben ser escuchadas y a medida que seguimos adelante, deben ser una parte fundamental de estas cumbres.
Y en segundo lugar debemos centrarnos en volver a alimentar el crecimiento económico, reavivándolo para que haya mayor progreso en las comunidades que no han sido alcanzadas, para que así las Américas sean más competitivas. Tenemos todavía mucho trabajo para armonizar, alentar buen gobierno, transparencia, para traer inversiones, infraestructura, enfrentándonos a los retos que tienen que ver con el costo de la energía, especialmente en países de Centroamérica y en el Caribe, donde los costos son tan elevados y esto presenta en sí un gran desafío para el desarrollo económico, y queremos centrarnos en los temas de energía limpia y también tenemos que enfrentarnos a los temas de inequidad y pobreza. Colectivamente, comenzamos a identificar cuáles son los programas que funcionan y no debemos invertir más en los que no funcionan, dejar de hacer las cosas que no funcionan. No tenemos dinero que desperdiciar, puesto que hay tantos jóvenes con tantas necesidades.
El presidente Varela tiene razón en enfocar la educación y la formación, es un tema que todos debemos abordar colectivamente.
Tenemos que seguir invirtiendo en energía limpia, creando trabajos, combatiendo los cambios climáticos, EE.UU. sigue encabezando este esfuerzo y nos gustaría indicar que nuestra contaminación está más baja en casi dos décadas. A lo largo de las Américas tenemos oportunidades de mejorar y ensanchar nuestras alianzas para tener una energía limpia. Hay que enfrentar el gran flagelo del narcotráfico. Es una responsabilidad compartida, EE.UU. debe reducir el flujo de armas y la demanda de drogas, y debemos buscar y perseguir esas redes que están causando tanta violencia.
Es así entonces que tenemos una nueva relación con Cuba, más alianzas comerciales para reducir la pobreza dando más oportunidades, aumentado los intercambios entre personas, más inversiones para nuestros jóvenes, tener energía limpia, combatir el cambio climático, seguridad, cooperación para proteger a nuestros ciudadanos, ese es el nuevo capítulo del compromiso que emprendemos a lo largo de nuestra América.
Me gustaría hacer un último comentario sobre el punto que planteó el presidente Correa y que lo harán también otros presidentes a lo largo de esta discusión, me encantan las historias y las clases de historia que recibo aquí. Yo soy estudiante de la historia y, en efecto, conozco varios de estos episodios que se han mencionado. Soy el primero en reconocer que la aplicación de EE.UU. ante los derechos humanos no siempre ha sido congruente y consistente, y estoy sumamente consciente del hecho de que hay capítulos oscuros en nuestra propia historia en los que no hemos en efecto observado y cumplido con los principios e ideales sobre los que se fundó nuestro país.
Hace una semana estaba en Selma, Alabama, celebrando el 50 aniversario de la marcha a lo largo del puente que tuvo como resultado una violencia horrenda, y la razón por la que estuve allí fue la celebración, por el hecho de que para mí fue el triunfo del espíritu humano, o sea, personas comunes y corrientes que no recurrieron a la violencia, que pudieron sobreponerse a la segregación sistemática, se escucharon sus voces y nuestro país se transformó.
Nosotros no podemos reivindicar la perfección, sin embargo, podemos decir que tenemos una apertura hacia el cambio, entonces tan solo les diría que nosotros podemos pasar mucho tiempo hablando de agravios y de injusticias pasadas, y supongo que también podemos utilizar a los Estados Unidos como una gran excusa muy cómoda, de vez en cuando, debido a los problemas políticos que podrían suceder a nivel nacional, sin embargo, eso no es lo que va a aportar progreso, no es lo que va a resolver el problema de los niños analfabetas que no tienen qué comer, no tienen suficiente comida, eso no hará que nuestros países sean más productivos y competitivos en una economía global.
Entonces quiero que quede muy claro que cuando nosotros hablamos de derechos humanos no tiene que ver con el hecho de que nosotros pensamos que somos perfectos, es porque nosotros pensamos que el ideal es no encarcelar a la gente si está en desacuerdo con nosotros, es la idea más justa.
Quizás el presidente Correa tenga más confianza que yo en la distinción entre la prensa buena y la mala, creo que hay mala prensa por el hecho de que me critica, sin embargo, sigue hablando esa prensa en los Estados Unidos, porque yo no confío en un sistema en el que solamente una persona hace esa determinación.
Creo que si creemos en la democracia, significa que todo el mundo tiene la oportunidad de hablar y ofrecer sus opiniones para defender lo que opina, es justo, y rezar tener un credo, organizarse y reunirse tal y como piensan que sea apropiado, siempre y cuando no obren con violencia.
Nosotros vamos a seguir hablando abiertamente, no porque queremos inmiscuirnos, sino porque nosotros sabemos en base a nuestra historia, sabemos que somos imperfectos y opinamos que es apropiado hacerlo.
Cuando el doctor King estaba encarcelado, la gente fuera de los Estados Unidos habló a su nombre para defenderlo, entonces yo estaría traicionando su propio nombre si no hiciera lo mismo.
La Guerra Fría llegó a su fin hace mucho tiempo. A mí no me interesa que sigan batallas que francamente empezaron antes de que naciera, lo que me interesa es resolver problemas, trabajar con ustedes, es lo que le interesa a Estados Unidos, es por eso que hemos invertido tanto en nuestras relaciones bilaterales y es por ello que vamos a seguir invirtiendo en la creación del espíritu de alianza en pie de igualdad, respeto mutuo sobre el cual creo que el progreso puede seguir adelante.