Pérdida de confianza en el clima de inversiones
La crisis laboral que enfrenta el país no la ocasionó, pero si la agravó el COVID-19. Una cosa es combatir el fuego y otra “perseguir el humo”.
Masiva pérdida de empleo formal
En el 2020, el sector privado perdió a 364 mil trabajadores asalariados (42% del total) y a otros 284 mil (32%) se les suspendieron sus contratos laborales. En otras palabras, 3 de cada 4 empleos formales de la empresa privada desaparecieron o fueron suspendidos. El 15% de los trabajadores suspendidos no recuperaron sus empleos.
En el 2021, se recuperaron unos 156 mil empleos perdidos el año anterior. La reactivación económica está siendo impulsada por el sector externo, específicamente las exportaciones de cobre de Minera Panamá, los ingresos del Canal y la actividad de la Zona Libre de Colón. Pero la demanda interna sigue deprimida, con sectores como la construcción, el comercio al detal y el turismo, que representan un tercio de la fuerza laboral del país, particularmente golpeados.
Haciendo el balance del 2019 a la fecha, unos 250 mil empleos formales del sector privado desaparecieron, incluyendo a los 43,082 trabajadores cuyos contratos fueron reactivados y luego desvinculados. Igualmente, se agregaron 71 mil servidores públicos a la planilla estatal y en mayo 2022, más de 375 mil personas recibirán el Vale Digital, porque no encuentran trabajo.
Menos empleos formales que en el 2011
Informes del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) señalan que en octubre 2021 la población en edad productiva (mayores de 15 años) fue de 3,258,241 personas y había 745,151 empleos formales (públicos y privados), mientras que en agosto 2011 se contabilizaron 2,541,622 personas de más de 15 años y había 790,917 empleos formales.
A pesar de que la planilla estatal es hoy la más alta de la historia y ronda los 365 mil funcionarios (Informe Laboral del INEC, junio 2021), en diez años, la población en edad productiva creció en 716,619 personas, pero hay 45,766 empleos formales MENOS. Entre el 2011 y el 2021, la informalidad pasó de 36.9% a 47.6% (casi 11 puntos más). En ese lapso, por cada empleo formal que el sector privado perdió, se crearon 5 informales.
Restando los 365 mil funcionarios de los 1,031,328 asalariados del país (INEC, octubre 2021), existen unos 666 mil asalariados del sector privado, cifra inferior a los 675 mil que había en el 2007.
Hoy tenemos menos empleos formales (públicos y privados) que en el 2011 y menos asalariados privados que en el 2007. Esto indica un acelerado proceso de precarización y estatización del empleo en Panamá, agravado por la pandemia, consecuencia del deterioro de la confianza en el clima para la inversión privada en el país, base sobre la cual se sustenta la generación de empleo digno.
Pérdida de atractivo para las inversiones en sectores “históricos”
Si bien las cifras reflejan el impacto de la pandemia, la precarización laboral de los sectores “históricos” en materia de generación de empleo fue marcada. En los últimos 10 años, el Comercio, Construcción, Industria, Logística y Turismo, que en 2011 representaban el 58% formales del país, perdieron a 42,063 trabajadores asalariados y generaron 140,333 empleos informales.
Estos 5 sectores “aportaron” más de 3 nuevos informales por cada trabajador formal que perdieron, evidenciando que las inversiones en tales actividades, que concentran un tercio de los trabajadores del país, perdieron atractivo.
Inversiones en Energía y Minas generan empleo formal
En contraste, la expansión del empleo en los sectores de Energía y Minería, que han recibido importantes inversiones en los últimos años (AES y Minera Panamá), fue 100% formal, síntoma de la confianza de los inversionistas en esos sectores. A octubre 2021, el empleo informal en Energía es del 5%, mientras que en el caso de la Minería es 4%, ambos muy por debajo de la media nacional (47.6%) y los niveles de los 5 sectores antes mencionados.
A la inversión hecha por Minera Panamá ($6,700 millones) se suman las de AES Panamá ($1,000 millones en una planta de gas licuado en Colón y $110 millones en 4 parques solares). Los recientes pronunciamientos de Fitch Ratings y Morgan Stanley con respecto a la minería en Panamá, así como los anuncios de nuevas inversiones en el sector energético, hacen augurar que la tendencia va a continuar.
La crisis laboral que enfrenta el país no es de empleo, sino de confianza. Panamá es un país de oportunidades, que lo tiene todo. ¿Cómo transmitimos confianza de que invertir en Panamá es BUEN NEGOCIO?.