Sin confianza, no habrá empleos dignos
Poco a poco Panamá se recupera de la peor catástrofe laboral de su historia, pero estamos generando 39% menos empleos formales y tres veces más informales que en el 2019, debido al alto nivel de incertidumbre y la pérdida de confianza para invertir en el país.
El fenómeno no es nuevo y fue agravado por la pandemia. Según el Instituto de Estadística y Censo (INEC), entre agosto 2012 y abril 2022, la población en edad productiva (más de 15 años) creció en 632,940 personas y 360,125 panameños (as) empezaron a buscar trabajo. Sin embargo, hoy hay 59,252 trabajadores asalariados privados (formales) menos y 249,633 informales más.
90% de los empleos formales perdidos se dieron en Construcción y Comercio, mientras que el 71% de los nuevos informales son trabajadores de la Construcción, Comercio, Industria, Logística y Turismo. El porcentaje de informalidad en la expansión del empleo en estos 5 sectores fue el siguiente: Construcción 406%, Comercio 123%, Logística 115%, Industria 99%, Turismo 99%. Promedio 5 sectores: 99%.
Es decir, durante la última década prácticamente la totalidad de los nuevos empleos generados en estos 5 sectores, que aportan 57% de los empleos privados y emplean a 2 de cada 3 trabajadores con escolaridad inferior a 12 años en el país, fueron informales.
Estas cifras demuestran la precarización laboral producto del deterioro del clima para la inversión privada en estos sectores, cuya potencialidad para generar negocios rentables ha disminuido y dejaron de ser atractivos para los inversionistas.
La minería y la energía acaparan la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED) hacia Panamá y lideran la formación de capital, mientras que las Calificadoras de Riesgo, como Fitch Ratings y Moody ́s, asignan a la primera un rol protagónico en el mantenimiento del Grado de Inversión de la deuda soberana.
Ambos sectores son más intensivos en capital (capital intensive) que en mano de obra (labor intensive), generan unos 12 mil empleos directos (INEC, abril 2022), y pudieran ser generadores de confianza ante la comunidad inversionista internacional para atraer IED hacia todos los sectores estratégicos del país.
Aún con la mayor planilla estatal de la historia, la precarización laboral se está agravando. Entre enero y octubre 2022 MITRADEL tramitó 39% menos nuevos contratos laborales que en el mismo período del 2019, y entre octubre 2021 y abril 2022 (INEC) se agregaron mensualmente más de 10 mil nuevos informales a la economía, tres veces promedio del año pre pandemia (3,079/mes).
Pero enviamos mensajes contradictorios a la comunidad inversionista, incluyendo: 1. Fijación arbitraria de márgenes de ganancia/control de precios por parte del Gobierno 2. Manejo del nuevo contrato entre el Estado y Minera Panamá, la mayor IED en la historia 3. Aceptación de una Demanda de Inconstitucionalidad al Artículo 13 de la Ley SEM, referente a Incentivos Fiscales.
Con respecto a este último punto, afortunadamente, por medio de la sentencia de 17 de octubre de 2022 emitida por el Pleno de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) declaró que dicho artículo “no es inconstitucional”.
En referencia al nuevo contrato entre Minera Panamá y el Gobierno panameño, el principio de acuerdo motivó, en enero 2022, la mejora de la perspectiva de la deuda soberana panameña por parte de Fitch Ratings, de Negativa a Estable.
La minera invirtió $6,700 millones, genera 7,300 empleos directos (92% de ellos para panameños) y más de 39 mil empleos entre directos, indirectos e inducidos, a través de más de 1,850 proveedores nacionales, inyectando alrededor de $600 millones anuales en compras a otros sectores de la economía.
En octubre de 2022, Moody 's mantuvo el Grado de Inversión de la deuda panameña, sobre la base de que las perspectivas de crecimiento son favorables para el período 2023-25, impulsadas por la reapertura de la economía y el aumento de la producción minera. Sin embargo, el manejo de las comunicaciones alrededor del nuevo Contrato ha sido incoherente y confuso.
Generar confianza requiere ser PREDECIBLE. El deterioro de la confianza en el clima de inversiones y sistemática satanización de la iniciativa privada han alimentado a la peor amenaza que enfrenta el Programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de la Caja del Seguro Social (CSS), la precarización del empleo.
Urge transmitir confianza de que invertir en Panamá es buen negocio, particularmente en los sectores que aportan la mayoría de las plazas laborales. Sin confianza no habrá empleadores, sin empleadores no habrá empleados que coticen, y sin cotizantes, la CSS no existe. No es un debate ideológico, sino una realidad matemática.
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