‘Sopla Dios’: matrimonio igualitario es ley estúpida
Gritando consignas como: “No se metan con mis hijos, no pasarán”, “No somos homofóbicos, pero nacemos de un hombre y una mujer”, “Varela, respete el pacto de la familia” y “ONU-OEA, saquen las manos de mi familia”, más de 15 mil personas marcharon ayer desde la iglesia del Carmen hasta la plaza 5 de Mayo, en defensa de la familia y el rechazo al matrimonio igualitario.
El apóstol Manuel A. Ruiz dijo frente a la multitud que pretender "matrimonio por sexos iguales, sería una ‘aberración’".
"Esto no se negocia…hay políticos que todo lo negocian, pero la voz del pueblo es la que manda", sostuvo “Sopla Dios” Ruiz, quien destacó que “Panamá está llena de corrupción y ahora ha llegado al sexo… no se puede imponer una ley estúpida que no tiene parte con Dios".
Hoy queremos llamar derechos humanos a los homosexuales, a las lesbianas y si se aprueba esa ley, mañana los pedófilos van a reclamar también derechos humanos, sostuvo el evangélico.
Los manifestantes buscan presionar a la Corte Suprema para que rechace la unión legal entre personas del mismo sexo.
“Estamos preocupados porque el ‘lobby’ gay tiene más dinero que la Fifa y ejerce una gran presión para que se apruebe su ideología en diferentes países”, sostuvo Pedro Acosta, quien participó en la marcha con una delegación de la emisora católica, Radio María.
La masa de manifestantes estuvo conformada por miembros de iglesias evangélicas y católicas, pero igualmente participaron estudiantes, grupos cívicos y hasta el payaso Pin-Pin.
En la marcha fue notable la ausencia de políticos, que al parecer han querido mantenerse al margen de esta polémica. Uno de los pocos que dijo presente fue el alcalde de San Miguelito y pastor Gerald Cumberbatch, quien aseguró que había acudido a respaldar el diseño de la familia como lo creo Dios, que es un hombre, una mujer y sus hijos. “Marchas como estas harán que la clase política entienda que este país está dispuesto a defender la integridad y el bienestar de nuestros hijos”, puntualizó.
El misionero de la iglesia católica, Iván Ríos Gallegos, le aseguró a Crítica que el demonio es el que induce a las personas a cambiar de actitud con la ideología de género, que según Juan Pablo II, es la peor monstruosidad de todos los tiempos, simplemente porque evita la procreación de la especie humana.
Otros como el padre Ángel Acuña, de la iglesia Santa Eduviges de Betania, fueron más conciliadores, destacando que la marcha se trató de una actividad abierta, en la que participó todo el que así lo dispuso, sin importar su credo o iglesia a la que pertenece. “Básicamente buscamos demostrar nuestros valores e identidad como panameños y sociedad, y no tiene nada que ver con una cruzada en contra de nadie”, precisó.
Por su parte, Luis Sagel, mejor conocido como el payaso Pin-Pin, aseguró que no tiene nada en contra de los “gays”, las lesbianas y sus desviaciones sexuales, sino que está en contra de que la ONU y estos señores quieran meterse a recomponer lo que es el matrimonio, que es el núcleo principal de la sociedad.
Según Pin-Pin, en Panamá se ha formado una coalición en contra del matrimonio igualitario y “la porquería que han sacado en los libros escolares, donde el Gobierno insiste en introducir la ideología de género a través de los niños”, destacó.
Juan Francisco De La Guardia Brin, de la alianza que organizó la protesta, dijo que "están en contra de la igualdad de género y no queremos que vengan a Panamá y lo hemos manifestado con 3 grandiosas marchas" .
En contraparte, Ricardo Beteta, presidente de la Asociación de Hombres y Mujeres Nuevos de Panamá, cuestionó la marcha y la tildó de actividad que promueve la homofobia.
"Vamos a llevar a la justicia a esas personas que se creen intocables, porque tienen que parar, utilizan la bandera de la homofobia para hostigar…esto puede ser peligroso, porque promueve el odio y la discriminación", agregó.
Beteta alegó que lo del matrimonio igualitario es una aspiración que tienen desde hace más de una década, para que el Estado les reconozca como sujeto de derecho. "Esto no tiene nada que ver con valores morales y cristianos", sustentó.