Tribunal de Cuentas cerró casos de mochilas
Se concluyó en que no se acredita ninguna lesión patrimonial en el contrato, que ascendía a algo más de $14 millones.
El Tribunal de Cuentas ordenó el cierre y archivo del expediente por la compra de mochilas y útiles escolares durante el pasado gobierno durante los años 2012 y 2014 al determinar que no hubo lesión patrimonial.
La medida favoreció –entre otros– a la exministra Lucy Molinar, así como a los empresarios Poulett Morales Montero, Pablo Ruiz Obregón y Daniel Ruiz Obregón.
En la investigación se destaca el caso de las empresas de Poulett Morales, quien explicó que en cada año entregó 285 mil 583 mochilas en 17 colegios –varios de ellos en zonas de difícil acceso– y aportó actas firmadas y selladas de la entrega.
Los magistrados Álvaro Visuetti, Alberto Cigarruista y Óscar Vargas Velarde destacan en su fallo que no se acreditó el aducido incumplimiento del transporte de las mochilas y resaltan que en los seis contratos había fianzas de cumplimiento y no hubo reclamos de colegios por falta de entrega de la mercancía.
El Tribunal de Cuentas resalta que no se acredita ninguna lesión patrimonial en el contrato que ascendía a algo más de $14 millones.
En su libro “El Silencio de los Buenos”, la exministra Lucy Molinar destaca que el Ministerio Público inició las investigaciones del tema de las mochilas después de un reportaje de TVN, donde el entonces director del PAN, Rafael Stanziola, alegaba supuestos sobrecostos.
Molinar relata que cuando estaba en el Ministerio Público, tras ser indagada por la fiscal Lisssette Chevalier, recibió la llamada de un periodista amigo, que le indicaba que desde el Consejo de Seguridad le habían adelantado que diera por hecho su detención, que al final se modificó en una “humillante” comparecencia tres veces a la semana a las fiscalías de Avesa.
Lucy Molinar revela en su libro otro hecho significativo, el querellante del caso fijó su dirección en la oficina del Consejo de Seguridad y deja entrever que para entonces laboraba en esa agencia de espionaje la que sería una de las funcionarias más poderosas del gobierno varelista. No la menciona, pero sin duda se refería a Kenia Isolda Porcell.
En “El Silencio de los Buenos”, la periodista Molinar resalta que en la trama desarrollada por la administración Varela reserva un papel a ciertos medios de comunicación constituidos en voceros acuciosos de aquellos que controlan los hilos del Estado o poseen importantes cuotas de poder y que sobre un discurso de mentiras desbordaron campañas de odio, revanchas inexplicables que curiosamente comenzaron una vez el entonces vicepresidente Varela fue expulsado del gobierno de Martinelli.
Molinar cuestiona el linchamiento mediático y los titulares a 8 columnas de mentiras que nunca probaron ni podrán comprobar y que cuando el Órgano Judicial que actuó en justo derecho, levantaron sus lanzas contra los jueces. Con sorna, descrédito y sin el menor recato, demeritaron, calumniaron y violentaron el debido proceso e hicieron trizas la reserva del sumario, agregó la exministra.
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