Ulloa: encontrarse con los pobres es la mejor forma de hallar a Jesús
En el Hogar San José, de las Hermanas Misioneras de la Caridad, el arzobispo de Panamá José Domingo Ulloa dedicó la eucaristía de ayer a la memoria de la Madre Maria Teresa de Calcuta.
“Estamos celebrando la fiesta de la Madre Teresa de Calcuta, religiosa, Premio Nobel de la Paz de 1979, cuyo objetivo era ayudar al más pobre de los pobres, el mayor legado fue erigirse en ejemplo inspirador de la prueba palpable y vida de cómo la generosidad, la abnegación y la entrega a los demás tiene sentido en estos tiempos modernos”, expresó el arzobispo.
Ulloa transmitió un profundo mensaje social que resume la vida de la Madre Teresa y la de sus hijas de la Caridad. Hay que liberar a todo el que tiene algo que lo limita, esclaviza, le dificulta su realización personal y estar convencido, como estaba convencido la Madre Teresa y están convencidas cada una de sus hijas, todo lo que ayudan a liberar a las personas contribuyen al reino de Dios”.
En su homilía, monseñor Ulloa manifestó que hoy día todo el mundo quiere encontrarse con Jesús, pero la mejor forma de encontrarnos con él, lo vamos a encontrar en los más pobres y con más necesidades, como lo hizo la Madre María Teresa de Calcuta.
“Hoy está la gente muy preocupada con tocar a Jesús, yo los invito, toquemos a Jesús en el enfermo, limpiemos a Jesús en los más pobres, en los que sufren y ahí podemos tener la satisfacción cuando limpiamos a un enfermo en camas, ahí también está el mismo Jesús”, dijo Ulloa.
“Y vamos a pedirle a la misma María Teresa que a todos nos de la capacidad para descubrir a Jesús no solo en la eucaristía, sino descubrirlo precisamente en lo que para mí es una convicción, y también lo dice el Papa Francisco.
Ulloa espera que celebración de esta Eucaristía nos pueda hacer sensible a los pobres de nuestro entorno, y nos lleve como a Madre Teresa a trabajar por un mundo más justo y fraterno, “esa fue la lógica por la cual se dejó guiar la fundadora de los misioneros y las misioneras de la caridad, ella es el icono del Buen Samaritano, iba por doquier para seguir a Cristo en la más pobre dentro de los pobres, ni siquiera los conflictos y las guerras lograron detenerla”.
Recordó que Madre Teresa tuvo una vida totalmente entregada a los pobres, pero al mismo tiempo envuelta en oración. Como la verdadera madre de los pobres se inclinó hacia todos los que sufrían diversas formas de pobreza, su grandeza decide en su habilidad para dar sin tener en cuenta el costo, dar hasta que duela, su vida fue un amor radical y una proclamación audaz del evangelio.
“Si quieres encontrarte con Cristo, encuéntrate con los pueblos quebrantado de los pobres, y estés como Madre Teresa convencida que cuando tocas a un enfermo, cuando tocas a un pobre, estás tocando el mismo cuerpo de Jesús”, manifestó el arzobispo.
Dijo que la Madre María Teresa nos enseña que tanto hombres y mujeres que han consagrado su vida Dios en la vida religiosa, no son personas que lo hacen porque no saben amar, al contrario, consagran su vida al Señor a este estilo de vida por tener una super abundancia de amor.
Madre Teresa se sintió impactada cuando vio a los pobres de los pobres abandonados despreciados, moribundos, y es que no eran amados, y entonces ella dijo: voy amar a los que menos son amados, a los pobres, humillados y más despreciados.
Recordó varias de las frases de Madre Teresa de Calcuta: “Ama hasta que te duela, y si te duele, es buena señal”, “no puedo parar de trabajar, tendré toda la eternidad para descansar”.
Monseñor Ulloa también dijo que Jesús siente debilidad por los pobres, por los marginados, por los enfermos y por los pecadores.
“Todo este mundo habla, las calles sucias son un grito de abandono, los edificios y sus pintadas hablan de desintereses, la pobreza habla de un cáncer que mata y grita, los niños sin padres nos hablan de infidelidad y de falta de cariño, el fracaso escolar de los jóvenes nos habla de la falta de lucha y motivación de los educadores y de la familia, la droga nos habla, el dinero habla, el lujo también habla y la justicia tardía también habla. El milagro que nosotros le pedimos a Jesús hoy es que todo hable, pero que hable bien y hable para nuestro bien”.
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