BBCA raíz de la publicación del libro Blanco bueno busca negro pobre, de Gustau Nerón, ha habido una pequeña convulsión en la Cooperación al Desarrollo en España.La tesis del autor se resume en que la cooperación al desarrollo no es eficaz, los últimos cincuenta años de esfuerzos han sido un fracaso, no tiene sentido seguir con este modelo, etc.
La impresión que tenemos los que llevamos muchos años vinculados a programas de cooperación desde las ONG, es que no le falta razón al autor de esas afirmaciones, si bien seguramente enfocamos el tema desde puntos de vista distintos.
En primer lugar, no podemos decir que lo que dice el libro tenga un argumentario nuevo.Las organizaciones civiles más activas y más críticas saben desde hace tiempo que nuestros esfuerzos no son nada si no forman parte de un marco coherente de cooperación que involucre a Gobiernos, alianzas regionales de países, instituciones multilaterales, órganos financieros de apoyo al desarrollo, empresas y grandes agentes internacionales en general.La crisis económica ha puesto de manifiesto verdades latentes, aunque previsibles para cualquiera que haya mirado con cierta profundidad; y no han faltado voces de denuncia en los medios de comunicación por parte de las OSC.
Los mercados de capitales, especuladores en esencia, se atreven con Gobiernos tan sólidos como los europeos y encumbran accidentalmente a otros países que ahora llamamos emergentes, con el único propósito de buscar beneficios particulares.Llevan su ritmo y juegan al despiste.
Las grandes fortunas quieren seguir creciendo como las células cancerígenas, sin saber ellas mismas que van hacia un colapso que las incluye.Busquemos, en primer lugar, la influencia, la incidencia, la denuncia, la sinergia, desde el prestigio, desde la organización, desde la búsqueda y la difusión de valores tan actuales como la igualdad, la fraternidad o la justicia.