Comprensión y comunicación
Para todos los panameños resultan molestas las frecuentes suspensiones del servicio de agua potable, pero como siempre, estamos más acostumbrados a criticar que ahondar en las causas de los problemas.
Esta situación, que se ha hecho frecuente en los últimos años, tiene dos vertientes que conviene analizar, sin embargo hay que estar claro que todo progreso trae aparejado contratiempos cuando se está en etapa de ejecución.
Un ejemplo de ello fue la construcción de la Línea 1 del Metro, y los consiguientes tranques e inconvenientes en el sector de Transístmica cuando se colocaban las pilastras del tramo aéreo. Ahora el metro es una hermosa realidad. ¿Quién se acuerda de esas molestias pasajeras?
En el caso de las interrupciones del servicio de agua, las mismas se producen por dos causas: las fortuitas, cuando las empresas que trabajan en excavaciones rompen una tubería; o las programadas, cuando por necesidad de la ampliación de vías, hay que mover tuberías, lo cual es programado con antelación, como fue el caso de ayer en el corregimiento de Juan Díaz.
En el primer supuesto, la comunidad debe saber que la empresa que por culpa o negligencia rompa una tubería debe de indemnizar a la institución del Idaan por el daño causado. En el segundo caso, la propia institución debe de anunciar con días de antelación, que habrá una suspensión programada del servicio, por los trabajos de ampliación y mejoras que se realizan.
El progreso nunca es fácil. Es un sendero trillado de obstáculos, tanto en la vida personal, como la de las naciones. En el caso de Panamá, el innegable desarrollo económico ha traído molestias y contratiempos en su ejecución, pero luego de estos, se ven los resultados como es el caso de Panamá.
En el caso que nos ocupa, no queda más que exigirle al Idaan mayor divulgación de los cortes programados, a las empresas contratistas que paguen por los daños que ocasionan y a la sociedad, paciencia y comprensión, ya que estos trabajos son para el bien de todos.