Constituyente
La conservación del tejido social se basa en la existencia de un cuerpo normativo superior, que es su reflejo y guía para la conformación sus instituciones. Esa es la razón de ser y objetivo de una Constitución Política.
La Constitución es el reflejo de una estructura de poder dentro de la sociedad, y sabido es por todos que la que tenemos actualmente nació al calor de un golpe de estado militar el 11 de octubre de 1968, creada solo para legitimar las instituciones de la dictadura.
La gran mayoría de los panameños estamos de acuerdo con que la actual Constitución es obsoleta, por lo que debe ser derogada. Hasta ahora, solo se le han puesto parches que, a la postre, han resultado inútiles.
Empero, el llamado del presidente Juan Carlos Varela en el acto de apertura electoral ha creado suspicacias entre las fuerzas políticas, que ven en el anuncio una encerrona, toda vez que se plantea en conjunción con las elecciones de mayo de 2019.
Lo destacable de todo esto es la demagogia gubernamental, ya que el propio Varela dijo tiempo atrás que “no había ambiente” para llamar a una constituyente, y ahora, a pocos menos de un año para que concluya su periodo, impulsa el llamado a la constituyente paralela.
Por decir lo menos, una constituyente en plena campaña electoral lo que hará será exacerbar los ánimos políticos y crear un factor de perturbación en el normal desarrollo de los comicios.
Los panameños debemos “pelar el ojo” con lo que se esconde detrás de esta tardía iniciativa, ya que la misma debió plantearse al inicio del gobierno, como lo prometió, y no al final, lo que despierta sospechas.