Crisis energética
RedacciónLa naturaleza está pasando la factura al mundo y Panamá no escapa de ello. La sequía y la falta de lluvias es una manifestación del cambio climático que fue advertido esta misma semana por instancias de las Naciones Unidas
Por ello ha sido muy responsable y previsora, la medida del gobierno de ordenar una restricción en el uso de los acondicionadores de aires durante media jornada laboral, para tratar de ahorrar 200 megawatts diarios.
Los alarmantes bajos niveles de los embalses de las plantas hidroeléctricas han disminuido la producción de energía y el consumo de había disparado. Los pronósticos son que las lluvias salvadoras no llegaran sino hasta mayo.
La medida es necesaria y todos tenemos que poner una cuota de esfuerzo para que sea un éxito y no caer en una emergencia energética, con insospechadas consecuencias en la economía nacional.
Panamá ha alcanzado un alto grado de desarrollo social y económico, pero hay situaciones que son imprevisibles y aun previendo éstas si no se toman medidas, pueden acarrear consecuencias negativas, como el aplicar racionamiento sectorizados.
Es necesario que sel cumplan con las medidas de ahorro energético, para evitar un colapso a la producción nacional.
Pero lo que enfrenta el país también es consecuencia de la politiquería de algunos sectores que azuzan a las poblaciones para que no permitan nuevas hidroeléctricas y hoy el país paga por eso.
También se hace necesario modificar las construcciones en Panamá, de forma tal que faciliten la ventilación en caso de una suspensión del servicio de energía y no levantar moles de cemento con ventanales fijos, que ante la falta de electricidad, se convierten en hornos para propios y visitantes.