El ambiente que merecemos

Este año, como ha ocurrido otras veces, estamos ante la posibilidad de un racionamiento de energía, por lo cual ya tenemos efectos inmediatos en las medidas de

Este año, como ha ocurrido otras veces, estamos ante la posibilidad de un racionamiento de energía, por lo cual ya tenemos efectos inmediatos en las medidas de ahorro energético, implementadas en nuestros centros de trabajo y en la publicidad comercial nocturna.

Hasta ahora se ha apostado como opción a la generación de energía utilizando petróleo, el cual no se produce en Panamá, y al agua de los ríos, que también es un recurso con limitaciones, pues la misma es renovable mientras su ciclo pueda mantenerse, pero existe un límite en la cantidad de ubicaciones aptas para desarrollar proyectos hidroeléctricos en un país tan pequeño como Panamá.

Otras dos opciones – usando el sol y el viento-, tampoco parecen ser la solución para la posible crisis actual, o las que vengan en los años venideros, principalmente porque son más caras que las utilizadas hasta ahora.

En cuanto a los hábitos de uso de la electricidad, la solución más eficaz consistiría en cambiar algunos de ellos, porque con el modelo de desarrollo actual nunca habrá suficiente energía disponible, pues para cada excedente producido por las generadoras habrá rápidamente un aumento de la demanda residencial, comercial o industrial. Sin embargo, este cambio de actitud en el uso de la energía, desafortunadamente, tampoco se podrá implementar a corto plazo, pues ha demorado décadas lograr que la población comprenda que los problemas ambientales le afectan directamente.

El planeta está en permanente equilibrio dinámico y a cada cambio producido por las actividades humanas se generan las reacciones naturales consecuentes, de las cuales desconocemos casi todas sus etapas intermedias y todos los resultados mediatos. Tenemos el ambiente que merecemos, si no nos gusta, la culpa es nuestra.