Infiernillo Político
B ueno, bueno, en medio de una campaña electoral para elegir a los próximos dirigentes de la cosa pública, han surgido una serie de comentarios, análisis y
Ramón Jiménez Velez / Ramón Jiménez VelezB ueno, bueno, en medio de una campaña electoral para elegir a los próximos dirigentes de la cosa pública, han surgido una serie de comentarios, análisis y posiciones respecto al estilo promocional de candidatos y partidos políticos.
Por cierto que incluso se han instituido toda una serie de supuestos pactos éticos y morales para, precisamente, tratar de garantizar elecciones modelo.
De paso, en principio se habló de eliminar las campañas “sucias” o “negativas” de denuncias o acusaciones por el de divulgar los planes o programas de gobierno.
Sin embargo, el alud de promesas infundadas y el recelo porque se realicen ha derivado a calificar las ofertas electorales de demagógicas.
Siempre he dicho que los planes de gobierno en países como el nuestro no son más que publicidad engañosa por lo cual estoy muy de acuerdo con la última promoción del Tribunal Electoral con el lema de “conoce a tu candidato”.
Así como en los bancos, para evitar las ilegalidades se exige el conocimiento de su cliente, así también en algo más importante como elegir a la tripulación que dirigirá la nave estatal es imprescindible que el elector vote a conciencia, conociendo a sus candidatos.
No se trata solamente de su vida pública. Si han ocupado cargos estatales o ha sido exitoso en la actividad política, profesional o empresarial.
Es conocerlos a fondo. Su vida personal, familiar, social, intelectual y sus virtudes, defectos, vicios o inclinaciones. Quienes van a tener en sus manos a tres millones y medio de panameños deben ser conocidos en todas sus facetas, públicas o privadas.
Un hombre público no puede cerrarse al escrutinio alegando privacidad. Cuando se va a designar funcionarios de jerarquía se abre un proceso para que se exponga todo sobre ellos.
¿Por qué entonces no a los candidatos a cargos de elección?
A un funcionario designado se le despojó alegando que en un pasado supuestamente agredió a su esposa con un llavero, pese a que al momento de la designación ella públicamente lo estaba apoyando.
No se trata de “campañas sucias” o “negativas”. Se trata de conocer cabalmente a quienes nos solicitan el voto. Así evitamos elegir a un Dr. Jekyll y Mr. Hyde.
El tunecino Agustín de Hipona, el más grande de los padres de la Iglesia latina sentenció: Nada es querido si no se conoce.
Bueno, eso es todo por hoy, pero tranquilos que el próximo jueves habrá más.