Inseguridad
Resultaría jocosa, si no fuera tan seria, la reciente aseveración del actual ministro de Seguridad, Alexis Bethancourt, quien dijo recientemente que teme por su seguridad.
La afirmación resulta insultante a la gran mayoría de los panameños, ya que es un hecho público y notorio que todos los ministros gozan de un impresionante dispositivo de seguridad, pagado con nuestros impuestos, que los cuidan día y noche en su residencia y su oficina, protección que también se hace extensiva a sus familiares.
Los panameños no tenemos escoltas pagados, ni alambrada eléctrica con alarmas en nuestras casas que nos protejan de los ladrones, como sí la tienen los altos cargos públicos. Cuando salimos a la calle, tenemos que encomendarnos a Dios para regresar sanos y salvos a nuestras residencias.
La inseguridad que se vive en todo el país es asfixiante, el reciente crimen en la Gran Estación de San Miguelito demuestra que los maleantes están dispuestos a rifarse la vida para cometer sus fechorías.
Lo triste de todo es que con declaraciones timoratas del militar investido del cargo de ministro de Seguridad, queda claro que no hay quien nos defienda de la delincuencia.
Es un hecho que el gobierno de Juan Carlos Varela está en el tramo final de su estéril gestión en materia de seguridad y en lo que resta de su periodo continuarán los criminales haciendo de las suyas, ante la pasividad de un gobierno que, simple y sencillamente, tiró la toalla y se rindió al delito.
Varela incumplió, como otras tantas, su promesa de brindar seguridad a los panameños. En su momento, el país le demandará su omisión.